Harry Belafonte, el cantante y actor que rompió barreras raciales en Estados Unidos, falleció este martes en su casa de Manhattan a los 96 años.
La causa de su muerte fue una insuficiencia cardíaca congestiva, según su portavoz, Ken Sunshine.
Belafonte fue una de las estrellas pop afroestadounidenses más aclamadas de la historia, con éxitos como «Island In The Sun», «Mary’s Boy Child» o «Day-O (The Banana Boat Song)».
Sin embargo, sus mayores logros los obtuvo como activista por los derechos civiles de las personas negras en Estados Unidos.
Apodado «el rey del calipso», Harry Belafonte nació en Harlem, Nueva York, en 1927.
Tras pasar por la Marina, trató de convertirse en actor y estudió teatro en el famoso Taller Dramático de Erwin Piscator junto a Marlon Brando y Tony Curtis.
Se costeaba las clases cantando en clubes de Nueva York, donde le acompañaron, entre otros, Miles Davis y Charlie Parker.
Con ello logró un contrato de grabación y, para buscar material, estudió los archivos de canciones populares de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.
Esta fue una decisión inteligente: el joven talento se hizo conocido como «el rey del calipso», popularizando canciones como «Banana Boat Song» o «Jamaica Farewell», ambas incluidas en su tercer álbum, «Calypso«.
Este trabajo, lanzado en 1956, encabezó las listas de Billboard y fue el primer álbum de un solista en vender más de un millón de copias en Estados Unidos.
Alcanzó tal éxito que fue la primera persona de raza negra a la que se le permitió actuar en muchos lugares exclusivos de EE.UU., entre ellos algunos vetados para artistas como Louis Armstrong y Ella Fitzgerald.
Debutó en Broadway en el musical «El almanaque de John Murray Anderson» en 1953, por el que ganó un premio Tony como actor de reparto.
Más tarde apareció en películas, obteniendo su primer papel principal en «Island in the Sun», donde actuó junto a James Mason, Joan Fontaine y Joan Collins.
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