Era una vez que el Rey Midas todo lo que tocaba lo convertía en oro, aunque ciertamente el agua y la vida valen mucho, pero mucho más, que el oro.
Balaguer y los suyos se caracterizaron por llevarse muchas vidas, robarse mucho oro y convertir en porquería todo lo que tocaba su gestión de gobierno. Al revés del Rey Midas.
A Leonel le cogió con algo parecido, convirtiendo en porquería hasta el oro que tocaba, usando con esos fines la enorme capacidad que le otorgaba decir que era discípulo de Bosch siendo realmente Balaguer su maestro y guía.
Y todavía -ahora con más capacidad para embarrar con su enorme descrédito- sigue en eso, haciendo uso perverso para esos fines del poder partidario que le queda con la venia de Danilo; sin siquiera perdonar los homenajes merecidos a los/as que decidieron irse de este mundo.
Leonel, como los capos sicilianos, asiste a los entierros de sus víctimas de todo tipo. Y allí, a diferencia del Rey Midas, se dedica a embarrar, con pésames y panegíricos, las ceremonias destinadas a exaltar los méritos históricos de personas fallecidas; méritos que poco tienen que ver con la pérfida evolución del régimen que le tocó presidir por doce años más de aquellos veinte fatídicos.
A Gladys Gutiérrez Vda. Segarra, luchadora contra los crímenes de Estado desde el glorioso MPD, víctima singular de un régimen sádico y cruel -paradójicamente exculpado por las cúpulas del PLD y PRD- le tocó esta vez recibir la afrenta a su memoria. La foto en el cementerio, al momento de su entierro, no dejas dudas de esa forma de hacer teatro al servicio del cinismo y la simulación, empeñado Leonel en igualar lo inigualable: valores y anti-valores, virtudes y defectos.
Con razón la ausencia en esta ocasión de la bandera roja y negra del MPD, sabiamente preservada de hacerle compañía a la morada del PLD, ensuciada muchas veces por el quehacer político de su propia cúpula, empecinada, entre muchas atrocidades, en hacer las veces del REY MIDAS AL REVÈS.
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