Manny y Roach: símbolo de respeto y confianza

Por Alfredo R. Berríos

 HOLLYWOOD — Cuando Emmanuel Pacquiao conoció a Freddie Roach en el año 2001, el púgil filipino acababa de enfrentarse a Wethya Sakmuangklang en Kidapwan City y era campeón internacional de peso súper gallo del Consejo Mundial de Boxeo.

Había venido a California de vacaciones y su ex manejador Rod Nazario buscaba con quién mantener a su entonces protegido en condiciones para combatir. Alguien le habló del Wild Card Gym y allí comenzó la relación entre ambos deportistas que lleva cerca de 14 años y ocho títulos mundiales.

«Nunca me olvidaré de eso, la primera vez que vine al Wild Card Gym y conocí a Freddie. Él era joven entonces, y sigue joven», recordó sonriente Pacquiao durante una entrevista exclusiva con Bernardo Osuna para ESPN. «En ese momento en que nos conocimos, mi manejador me lo presentó. Mi manejador hablaba de entrenar y hacer un par de rounds. Luego de un par de rounds me dejó, porque pegué duro con par de combinaciones y combinaciones de poder. Me gustó la manera en que manejó la guantaleta y me gustó la manera de que entrenaba».

Ahí Roach tomó el mando, y recordó que Pacquiao lo sorprendió desde la primera vez que le pegó los puños durante ese entrenamiento ligero. Desde ese momento, dijo que iba a ser campeón mundial.

«Cuando vino por primera vez al Wild Card llegó con un par de manejadores. Me dijeron que habían escuchado que era muy bueno en las guantaletas», dijo Roach luego de un entrenamiento ligero esta semana en su gimnasio en Hollywood. «Querían que hiciese guantaletas con Manny y así lo hicimos. Luego de un asalto fui a donde mi gente y dije, ‘guao, este tipo puede pelear’. Y fue donde el señor Nazario y le dijo, tenemos nuevo entrenador. Entonces vino la pelea de campeonato, fue el momento perfecto».

 

Roach se refería a la primera oportunidad titular de Pacquiao, ante el entonces campeón de las 122 libras Lehlo Ledwaba, peleador sudafricano que defendía por cuarta vez el título. Ledwaba era conocido por ser un peleador fuerte y agresivo, cuyo mote era Manos de Piedra.

«Cuando nos avisaron dos semanas antes de la pelea… Freddie estaba consciente de que eran dos semanas de preparación, antes de una pelea de campeonato», relató Pacquiao. «Acababa de pelear en Filipinas y vine aquí de vacaciones. Él me dijo no te preocupes, hacemos ejercicios, entrenamos, tengo buena estámina. La cosa es, estábamos bien confiados que ganaríamos esa pelea, aunque estábamos desfavorecidos».

El veterano entrenador, de 55 años, recuerda muy bien ese momento y lo peligroso que era Ledwaba. De hecho, el sudafricano apenas había perdido en una ocasión temprano en su carrera y había terminado con todos en la división.

«Ladwaba era el boxeador más temido de la división, era un asesino, era real. Vi mucho video de él y golpeaba y salía, pero dije que teníamos a alguien que si lo golpeaba, lo noqueaba», dijo Roach. «Manny tiene la velocidad y rapidez y es lo más grande que he visto. La manera en que me golpea en las guantaletas es como si explotara una bomba cuando golpea. Muchos creían que no merecíamos estar en el ring con él».

En aquella ocasión, muchos se burlaron de Roach, quien aseguraba que el tagalo era una maravilla y futuro campeón mundial.

«Les dije: este tipo va a ser campeón y la gente de Top Rank se me reía y les dije, mírenlo, es alguien especial. Las apuestas estaban 65-1 y nadie apostó…», señaló Roach. «Manny destruyó a Ledwaba, lo tiró en el primer asalto y lo noqueó en el sexto. Fue una gran noche».

Posterior a eso, Ledwaba estuvo un año fuera del boxeo y aunque peleó por par de títulos regionales y obscuros, perdió cuatro de las últimas siete peleas de su carrera.

Esa victoria fue bien importante para Roach y recordó que la celebración del título súper gallo de la Federación Internacional de Boxeo, el primero de Pacquiao, fue celebrado en un restaurante barato del MGM Grand porque no tenían dinero para más.

«Recuerdo la celebración que tuvimos luego. Cuatro o cinco de nosotros en el piso de abajo, en un restaurante barato comiendo perros calientes… esa fue la primera victoria y siempre es divertido recordar lo que hicimos después de la pelea. Fue un gran comienzo», afirmó Roach.

¿Qué vio Roach que lo motivó a tanta seguridad cuando comenzó su relación con Pacquiao? El entrenador miembro del Salón de la Fama asegura que nunca en su carrera había visto a ningún boxeador, fuera de Muhammad Alí, que se moviera y pegara tan fuerte.

«Lo que me llamó la atención de Manny es que nunca había visto a alguien con poder y velocidad. Había visto boxeadores con pegada, había visto boxeadores rápidos, pero nunca nadie que tuviese ambas, como él», continuó Roach. «Siempre esperé que entrara otro Muhammad Alí por la puerta y llegó y Manny Pacquiao cambió mi vida».

“Les dije: este tipo va a ser campeón y la gente de Top Rank se me reía y les dije, mírenlo, es alguien especial. ”— Freddie Roach, entrenador de Manny Pacquiao

Tanto el púgil como el preparador aceptan que su relación es una especial y que los ha hecho mejor no solo en el ámbito deportivo, sino en el personal. Pacquiao, ferviente cristiano, asegura además que la mano de Dios estuvo presente en colocarlos como peleador y entrenador.

«Fue al obra de Dios que nos conociéramos, que nos convertimos en compañeros de equipo», asegura Pacquiao con fervor. «Él me ayudó mucho, es un gran entrenador. Es el mejor entrenador del mundo. Como boxeador le escucho, me someto, es por eso que logramos tanto en el boxeo… junto a Dios».

Roach afirmó que el mayor catalista en su relación profesional con Pacquiao es el respeto que ambos se tienen tanto en lo profesional como en lo personal. No hay, de acuerdo a ambos, un mote de jefe y empleado de ambas partes.

«Tenemos mucho respeto el uno por el otro. Podemos hablarnos libremente», analizó Roach. «Es sencillo, recuerdo cuando pensó que uno de sus manejadores estaba robándole dinero, fuimos a la corte y le conseguí abogados y ganamos el caso. Lo más grande es que lo sacamos de aquel contrato y le conseguimos uno mejor».

Aunque desde que se conocieron en el 2001 Pacquiao ha acumulado ocho títulos, millones de dólares en ganancias y ha llegado a congresista en su natal Filipinas, nunca ha ejercido lo que definió como poder para trabajar con Roach.

«Lo más importante en nuestra relación es que nos respetamos», confirmó Pacquiao. «En cuanto al entrenamiento, nunca usé mi poder como campeón, como congresista. En términos boxísticos, él es el jefe. Ese es el problema en el boxeo, los boxeadores podemos ser populares, convertirnos en famosos. La cosa es, entonces eres el jefe en el gimnasio, y le dices a todos lo que tienes que hacer. Eso no es bueno para un atleta».

Ese enfoque, aseguró, le ha permitido ser mejor boxeador y a la misma vez, exigirse más de sí mismo en las preparaciones para sus combates.

«Siempre tienes que someterte para que puedas empujarte más. Esa es mi arma secreta, por qué siempre tengo hambre por qué siempre entreno y me preparo fuerte, porque en términos de entrenamiento, no soy el campeón», dijo Pacquiao. «Yo me someto, me quito de mi poder de congresista, de boxeador, de campeón».

La influencia de Pacquiao en Roach es tal que el rudo preparador asegura que es una de las mejores personas que ha conocido en su vida. Tanto así, que le preocupa que la generosidad de éste termine dejándolo en la calle y sin dinero.

«Manny siempre ha tratado de cambiarme la vida, trata de hacerme una mejor persona, no quiere que maldiga así que cada vez que lo hago son cinco dólares de multa… ya llevó $115», bromeó Roach. «El siempre trata de hacerme una mejor persona, se preocupa, es un gran chico. Temo que un día esté quebrado porque gasta mucho en otras personas y me asusta no tenga para él y su familia».

Como ejemplo de su gran relación, Roach aseguró que su paga para la pelea ante Mayweather fue negociada en 20 segundos en uno de los vestidores de su gimnasio, sin necesidad de abogados. Dijo que es la vez que más ha ganado en su carrera, aunque declinó ofrecer la cifra.

«Trabajamos duro, porque lo hacemos, pero la gente ve que estamos sonriendo», añadió Roach. «No es un trabajo, lo mantenemos fresco. Él ha sido la mejor influencia en mi vida. Cuando él se retire, creo que yo lo haré también, no creo que será tan divertido si Manny Pacquiao no está».

Camino a su combate con Mayweather, Pacquiao echó a un lado que sus responsabilidades vayan a afectar su preparación. Además de atleta y político, el campeón welter de la Organización Mundial de Boxeo actúa, en ocasiones canta, y ahora es jugador-dirigente en el baloncesto profesional filipino.

«Es poder manejar el tiempo, aunque a veces tienes que dejar fuera unas actividades para poder manejar las cosas que haces», explicó Pacquiao.

Roach confirmó la confianza en su boxeador, aunque al comienzo le preocupó que tanta actividad junta le afectara en sus entrenamientos y combates. De hecho, entiende que todo esto le ha alejado de actividades que a su entender le afectaban en el campo deportivo.

«A veces sí, pero he aprendido que le gusta. Eso lo mantiene ocupado y le gusta», explicó Roach. «Desde que se involucró en política y religión ha dejado de hacer cosas que podrían ser malas para su estilo de vida. El y su esposa se llevan, bien es mejor padre».

Pacquiao, quien está casado con Maria Geraldine «Jinkee» Jamora desde el año 2000 y tienen cinco hijos, no vaciló en señalar que su actividad preferida es el boxeo y el servir a su país.

«Boxeo… y servir a la gente, es en donde puedo ayudar a la gente. Las bendiciones que Dios me ha dado son mayores de lo que imaginaba y es por eso que sirvo al Señor y sirvo a mi gente y eso es lo que quiere», recitó Pacquiao.

Sus ocho campeonatos, su carrera política y artística lo han hecho una figura central en Filipinas, en donde cientos lo persiguen. En Hollywood, de hecho, decenas de personas se apostan cerca de la entrada del gimnasio de Roach para ver si pueden saludar al púgil cuando llega y sale de sus entrenamientos.

«Nunca se me sube la fama a la cabeza, es por eso que me gustan (las cosas) sencillas. Pero no puedes evitarlo, porque la gente te reconoce. En mi vida… no estoy ‘yo soy Manny Pacquiao’. No me gusta, pero cuando sales no puedes evitarlo», dijo Pacquiao.

Por su relación de 14 años con Manny, Roach no vacila en decir que su peleador, con marca de 57-5-2 con 38 KO, tiene unas grandes oportunidades de ganarle a Mayweather cuando se enfrenten en Las Vegas, en el mismo hotel en donde Pacquiao ganó su primer campeonato.

«Luego de ocho títulos mundiales, es el más grande y el mejor tipo del mundo. Está 100 por ciento listo para esta pelea. Ha perdido algo del instinto matador, pero creo que en esta pelea lo tendrá. No le cae bien Mayweather, porque no es una buena persona… es la primera vez en mi vida que he visto que a Manny no le cae bien un boxeador», concluyó Roach.

 

Bienvenido Carmona JR

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