Luis Abinader, el PRM y su efímera estadía en el palacio presidencial

Jaime Bruno

Por: Jaime Bruno

Para la diáspora dominicana, y especialmente los que residen en estados unidos, no han sentido la relatividad del tiempo de Albert Einstein de la misma forma como lo han experimentado los dominicanos que residen en la isla. En la gran urbe, la percepción es que estos últimos cuatro años han transcurrido a una velocidad vertiginosa, no así para los más de 10 millones de compatriotas que luchan diariamente por sobrevivir en Quisqueya. La diáspora tiene resueltos sus problemas básicos, especialmente aquellos que el estado está supuesto a proveer, como lo son: transporte ágil y seguro, costo de energía eléctrica moderada, salud, educación, seguridad ciudadana, algo de oportunidad de progreso, tener la posibilidad de poder alimentar adecuadamente a familia.

En cambio, bajo perspectivas contrarias y llenas de incertidumbres, para los dominicanos en la isla, el tiempo transcurre como en los derretidos relojes del gran pintor español Salvador Dalí, muy, pero muy lentamente.

Para la oligarquía y el «popismo”, que se siente cómoda con su representante Luis Abinader y su PRM, sí que estos últimos cuatro años han transcurrido a la velocidad de la luz. El tiempo vuela cuando se vive en una burbuja de placer y opulencia. El embriagado no percibe ni quiere que el tiempo prosiga su constante curso. Lamentablemente la burbuja estalló, las elecciones presidenciales se celebrarán en dos meses y el electorado vislumbra y tiene sus razones para contemplar un oasis en el horizonte, una posible opción para enrumbar a una isla totalmente en caos desde el Canal de la Mona, hasta el Paso de los Vientos.

En tiempos de Inteligencia Artificial (IA), de ciencias y de las matemáticas, brota información a borbotón por la Internet, es lógico que los pueblos estén enterados de muchas cosas, y que es mucho más difícil para el estado tratar de alquimizar la verdad. El puedo dominicano conoce el axioma de la realidad política y económica de la nación, y que por demás sería muy difícil equivocarse a la hora de la selección del candidato presidencial.

El pueblo dominicano se siente asfixiado por los problemas que el oficialismo no ha podido resolver y por la incompetencia en resolver la carga más pesada que pueblo alguna ha tenido, «la problemática haitiana». Veamos algunos detalles de los problemas internos:

1. Ningún gobierno en tan poco tiempo había hipotecado el país como los perremeistas. Han tomado más de 25 mil millones de dólares y todos saben que sobrepasarán los 30 mil millones para agosto del 2024. Realmente son los titanes del endeudamiento público.

2. El pueblo conoce y sabe que el gobierno gasta más en publicidad y en crear falsas percepciones a la población, y que están decididos a comprar, con los recursos económicos del estado, al electorado y a todas aquellas voces que sean necesarias.

3. El alto costo de la vida tiene a la población en zozobra, al igual que el periodo de gobierno del ex presidente Hipólito Mejía, los supermercados se han convertido nueva vez en «Las casas del terror».

4. Es de conocimiento público que la economía no crece. Por más «soluciones» que han implementado para mejorar la situación, no han dado pie con bola.

5. La inseguridad ciudadana arropa al país, y esta situación se agrava cada día con el incremento de indocumentados y las secuelas que deja el narcotráfico. 3 de cada 4 personas identifican al crimen y la violencia como el principal reto que debería enfrentar el gobierno, más no lo aborda con políticas claras.

6. Muy grave el deterioro de los principales servicios públicos de la nación, especialmente la educación que recibe miles de millones de pesos anualmente.

7. Por último, aunque existe abundancia de problemáticas a tratar, para transitar en la República Dominicana usted debe prepararse para pagar un combustible sumamente caro y confesarse, ya que circular en las calles y avenidas se ha tornado caótico e infinitamente estresante.

Veamos tres detalles de la problemática haitiana:

1. Haití enfrenta grandes desafíos para brindar atención médica, educación y servicios básicos adecuados a su población. La falta de acceso a estos servicios esenciales motiva a las personas a buscar mejores condiciones de vida en la República Dominicana, eso tiene un costo económico. Con el pago de sus impuestos el pueblo dominicano paga y cubre con miles de millones de pesos para brindar por todos esos servicios que deberían usados para la población necesitada de la Republica Dominicana.

2. Los migrantes indocumentados haitianos enfrentan varios retos, como son la explotación y vulnerabilidad, pero es innegable que la presencia descontrolada de la migración ilegal haitiana ha provocado tensiones sociales en la República Dominicana y un sentimiento antiinmigrante que podría contribuir a profundizar los conflictos entre los inmigrantes haitianos y la población dominicana. De hecho, hemos visto decenas de casos.

3. Si bien los inmigrantes indocumentados contribuyen a la economía dominicana con su laborioso trabajo, también pueden crear serias tensiones económicas y sanitarias. La situación ha generado preocupaciones y serias tensiones con organizaciones internacionales y ONG que abordan las necesidades de los migrantes haitianos en aras de mejorar sus condiciones de vida.

Todo esto sin puntualizar la problemática del rio masacre, trafico de armas, drogas ilícitas y la posible invasión militar pacifica para estabilizar esa empobrecida nación, y que indudablemente provocaría un éxodo masivo de sus ciudadanos hacia la parte oriental de la isla.

La estadía del oficialismo en el tren gubernamental podría llegar a su fin, la oposición debe prepararse para una confrontación épica y sin precedentes. La compra masiva de apoyo político, de cédulas y voluntades está concebida dentro de los planes para las elecciones presidenciales de mayo próximo. De ninguna manera este país puede reelegir la improvisación, el caos y el hambre. El pueblo no resiste carga tan pesada, y mucho menos una nueva gestión del PRM, el popismo y Luis Abinader. El tiempo es relativo, la realidad temporal aplastará a la oligarquía representada en el estado con el paso efímero de su nefasta gestión presidencial, y que por demás que se han encargado todos de echarle más leña al fuego.

El Motín

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