El título de este artículo tiene un error imperdonable para un periodista de casi 40 años de ejercicio profesional y algo más en la política. En realidad este artículo debe llamarse “Los escáneres de Danilo” (si alguien debe pagar los escáneres con dinero propio no es Roberto, es Danilo).
Culpar al antiguo presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario Márquez de que los equipos no sirvieran más que para garantizar el “triunfo” abrumador de los candidatos del PLD como dice un “Informe Técnico”, es como “coger piedra para los más chiquitos”.
Roberto Rosario, aunque aparentaba ser “Ley, Batuta y Constitución” en la JCE amparado en el “Tres-Dos”, es decir, tres votos a favor, dos en contra, de un órgano que se supone colegiado, el poder lo tuvo siempre el Comité Político del PLD. Que nadie se llame a engaño.
La JCE, como las demás instituciones del Estado, las controla el partido de gobierno. Todas las decisiones importantes, tanto en la Junta, como en el Tribunal Superior Electoral, las deciden los dirigentes del PLD (no nos chupemos el dedo gordo del pie derecho que ya estamos grandecitos).
A Danilo Medina había que garantizarle su triunfo con más del 60 % para satisfacer su ego de obtener un “triunfo” con un porcentaje mayor que el de su archienemigo Leonel Fernández y del líder histórico profesor Juan Bosch.
Roberto Rosario actuó cónsono con los intereses estratégicos del PLD, no importa que de paso lograra beneficios para amigos y relacionados incluyendo los propios, como salta a la vista.
Los escáneres no los compró el presidente de la JCE sin la complacencia o el beneplácito de Danilo. (¡Estemos claros!) Sin esos equipos y sin el uso de los recursos del Estado muchos senadores, diputados, alcaldes y regidores del PLD hoy no ocuparían sus cargos. Roberto Rosario podrá ser cualquier cosa, menos loco (no seamos ingenuos).
Que los escáneres sirvieran o no, a esta altura del juego, importa poco. Como ya dije: Después del palo dado, ni Dios lo quita. Danilo ya tiene su Congreso, su Justicia, su Prensa, sus Bocinas, su JCE, su TSE, su Cámara de Cuentas, su Fuerzas Armadas, su Policía, incluso su Oposición. ¡Lo tiene todo!
Lo que no acabo de entender –me perdonan- es por qué, a más de un año de realizadas las elecciones y casi un año de instalados los jueces de la nueva JCE, aparece el “Informe Técnico” que coloca a Danilo, al igual que los demás “electos”, como ilegítimos (de verdad no lo entiendo).
Someter a la justicia a Roberto Rosario, condenarlo por la compra de unos equipos que sólo sirvieron para el fraude electoral que Danilo y el PLD necesitaban, no es justo. Los 14 millones de dólares que reclama la empresa española que vendió los escáneres (todavía nos cambian espejitos por oro, como si fueran cangrejitos por botones) debe cobrarle a Danilo y al PLD, no a la JCE.
Los escáneres no los compró Roberto por motu propio. Nadie gasta 40 millones de dólares (dos mil millones de pesos) en porquerías a menos que no esté autorizado (si yo fuera Danilo propondría a Rosario para miembro del Comité Político y lo nombraría Ministro o Embajador donde él quiera con el apoyo de los senadores y los diputados porque amor con amor se paga. La ingratitud no es buena).
Pensé –pobre tonto- que comprobado el fraude electoral, no importa el tiempo que haya transcurrido, los candidatos a senadores, diputados y alcaldes, incluso el presidencial, estarían por lo menos incoando medidas judiciales nacionales e internacionales. Pero nadie ha movido una paja, como diciendo: ¿Y ya pa’ qué?
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