La vida privada de los famosos

¿Los famosos deben tener vida privada? ¿Los medios de comunicación pueden indagar y publicar todo cuando hacen o dejan de hacer los famosos no importa que se trata de sus actividades profesionales o privadas?

En muchos países existen legislaciones imponiendo determinados límites para evitar la difamación, la injuria y el daño moral a las figuras públicas, como en efecto ocurre.

Tal vez sería oportuno establecer una diferencia entre la vida privada de un artista, no importa su género, y la de un dirigente o líder  político que aspira a dirigir un país.

El cantautor Alberto Cortez suele decir que “la fama es una prostituta que se va con cualquiera”.  Muchos artistas hacen de sus vidas privadas un instrumento mercadológico para alcanzar notoriedad, no importa que el escandalo esté de por medio en cuestiones sexuales, vicios diversos, etc. A veces son más famosos por los escándalos que por el talento y el trabajo.

La farándula, por definición, es el mundo de los farsantes, similar en ocasiones al mundo de los políticos, gracias a la demagogia que acompaña sus promesas y propuestas.

Se supone que un político es un conductor de masas, un ejemplo, un paradigma, un ser al servicio de los demás; alguien que lucha incluso a costa de su bienestar y de su vida, por el bienestar y la vida de sus conciudadanos. Por lo tanto, debe predicar con el ejemplo. No tener una vida licenciosa.

No sería pecaminoso citar al legendario Ernesto –Che- Guevara que hizo de sus palabras, sus hechos. Siendo ministro y figura de primer orden, acompañó a los obreros en los ingenios. Y junto con ellos cortó caña de azúcar. Acompañó a los trabajadores de la construcción y de otros oficios en sus jornadas. Las primeras tierras que nacionalizó la revolución cubana fueron las de Fidel Castro y su familia, lo cual le daba calidad moral para actuar.

¿Cómo puede combatir la corrupción un presidente corrupto? ¿Cómo hablar de “tolerancia cero” con el narcotráfico y el crimen cuando encabeza la mafia que patrocina esas barbaridades? ¿Cómo puede hablar de unidad familiar un presidente sin familia o con una familia disfuncional?  ¿Cómo puede  predicar respeto y amor hacia la mujer cuando no lo hace en su propio hogar? ¿Cómo puede un político exhortar a los padres a educar a sus hijos cuando los propios no se comportan adecuadamente por falta de formación desde la casa?

Políticos que hablan de democracia para el país, pero no la practican en sus hogares.

¿Una cosa es la vida pública y otra la vida privada de un político? Por no indagar en la vida privada de los políticos hemos llevado al poder a verdaderos farsantes, tiranos, déspotas, asesinos, violadores, promiscuos,  sicópatas y perversos.

¿Cuántos políticos de posiciones importantes en la sociedad y en el Estado no son alcohólicos, drogadictos, homosexuales, con matrimonios falsos engañando a la población? La doble moral, predicada en calzoncillos, no debe tener cabida en la política y mucho menos en los políticos.

Convertir a un violador de menores en juez, congresista, alcalde o  presidente de la República porque nadie quiso revelar esa “parte” de su vida privada, es un crimen imperdonable.

Por eso digo que una cosa es la vida privada de un artista, cantante, músico, actor, etc., que hace de su vida privada parte de su carrera mercadológica, a la de un político que puede tener en sus manos el destino de todo un país.

La vida privada del nuncio católico que violaba menores era altamente conocida hasta por sus colegas de la iglesia, pero nadie quiso revelarla.

Apoyo mantener la vida privada de todas las personas en el anonimato, como un templo sagrado, mientras no perjudique la sociedad, sus leyes y sus valores éticos y morales.

Juan TH

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