Concomitantemente con la inauguración de cientos de aulas escolares para el progreso del país, y conjuntamente con la apertura de las tandas extendidas, el gobierno del licenciado Danilo Medina Sánchez, cumpliendo con su promesa de campaña de hacer lo que nunca se hizo, también ha aperturado en los centros de enseñanzas nacionales, una nueva asignatura: La Ingratitud Como Categoría Política.
Además de su histórica gestión, que desde ya todos sus compatriotas lo consideran como “El Padre de la Educación”, tenemos que decir, lamentablemente, que también se ha incorporado en las escuelas públicas, en las viejas y nuevas, la asignatura que sirve de epígrafe a este trabajo.
Nunca antes en todo nuestro interregno como nación, se había gobernado nuestro país, con la entrega y grandeza con que lo hace el licenciado Danilo Mediana Sánchez. Pero, al mismo tiempo, nunca antes un Presidente Constitucional de la República Dominicana, había tenido tantos colaboradores inconsecuentes y mal agradecidos.
Nunca antes en la historia democrática de nuestra nación, un Jefe de Estado, había nombrado en su gabinete a gentes insensibles, que no sintonizan con él, y que poco les importan las aspiraciones e ideal de cambios y redención social de que está imbuido, el presidente Danilo Medina
Nunca antes colaboradores y funcionarios de un gobernante de nuestro país, fueron tan indolentes y pocos receptivos ante las demandas de satisfacer aspiraciones ganadas al calor de varias campañas políticas, y de adhesión a una causa noble, por mucho tiempo anhelada por la sociedad dominicana.
Desde las barras de los olvidados del gobierno, hoy lo expreso sin ambages ni circunloquios, a través de este también marginado periódico: La Ingratitud Como Categoría Política en la República Dominicana, es una materia que se ha incorporado en el pensum y programa educativo de este gobierno.
Cuantos olvidadizos, cuantos inconsecuentes, cuantos malditos, cuantos ingratos, cuantos colaboradores malos tiene un Presidente bueno. Lógicamente, la excepción nunca faltará. Es una regla general. El Presidente Danilo Medina, tiene algunos funcionarios de lujo, que se mantienen humildes, caballerosos
como las tandas extendidas, como la mejora salarial de los docentes y hasta los pensionados del sector educativo, así como la construcción de todas las aulas necesarias para el fortalecimiento de todo el sistema educativo nacional, La Ingratitud Como Categoría Políticas, es una materia a impartir en los centros de enseñanza del país, es una realidad de esta gestión gubernativa que encabeza el Príncipe de San Juan de la Maguana y mejor Presidente de la República que ha tenido nuestra país, desde el licenciado Tomas Bobadilla y Brión, hasta le fecha.
Los Mejor Profesores
Son muchos los colaboradores del licenciado Danilo Medina, aptos para ser designados como profesores de la nueva asignatura, en el sector pública escolar de este gobierno, pero en esta oportunidad solo nos permitimos recomendarle, al Señor Presidente de la República, al mejor profesor, al catedrático por excelencia de esa asignatura: Roberto Rodríguez Marchena, se llama. Usted lo conoce. Él, como ningún otro funcionario de su gobierno, es el más brillante, el que posee los más vastos conocimientos de La Ingratitud Como Categoría Política
Licenciado Danilo Medina Sánchez, nómbrelo como profesor benemérito, entre sus colaboradores más cercanos, él tiene los más merecidos laureles. Hágalo como recompensas a las reiteradas coronas recibidas como hombre que gusta y disfruta despreciar al resto de sus Semejantes. Además del decreto que lo designó en la función que hoy ocupa, este espécimen merece esa última distinción. Saludo sinceros profesor Rodríguez Marchena.
Saludo Presidente Profesor
Las limitaciones económicas en la que viven en estos momentos la gran mayoría de los cuadros diligénciales de lo antes se llamaba danilismo, de los que en el pasado arriesgaron sus posiciones gubernamentales, o que nunca recibieron una bendición presidencial, justo por seguirlo .esperan por usted.
Señor Presidente, aquellos que trabajaron con tesón, arriesgándolo todo, para darle aquel 30 por ciento, la mayoría de ellos lucen desorientados (no entienden la razón de su desgracia) inclusive algunos están minusválidos como consecuencia enfermedades, desamparados. Hoy usted los observa entre los asistentes a cada inauguración, en todo el país, y solo los mira, y a veces los saluda, a iniciativa de esos desgraciados.
Ah Señor Presidente, sí no es una ofensa, nómbrese usted mismo como profesor benemérito.
Agregar comentario