La brisa soplaba mar tierra, las olas golpeaban con fuerza los arrecifes, y las plantas movían sus hojas acariciadas por el viento. Desde la sexta planta de la Suprema Corte de Justicia se apreciaba un bello día. En la sala de audiencias el juez leía los justificativos de una sentencia injustificable: no ha lugar al proceso penal contra el senador Félix Bautista.
Todo un circo montado para estrujarnos en la cara la realidad de que pueden hacer con este país lo que les dé la gana. Que ellos son los dueños del país y que nosotros somos un montón de materia fecal.
Esa nefasta decisión era algo que se veía venir, cuando el árbitro es tu cómplice no es muy difícil ganar el juego. Miembros del mismo partido, de la misma corporación de mafiosos, de una organización que obliga a la obediencia y a actuar como borregos de su Comité Político.
Por esa razón, cuando estaba ahí, fuera de esa sala de audiencias, no pensaba tanto en la aberrante sentencia que estaba dictando el juez; lo que realmente me preocupaba era la reacción de nuestro pueblo.
La justicia, a través del Juez Moscoso Segarra, ha institucionalizado el robo al Estado, eso era un asunto que la población no podía controlar. Ahora está por verse si nuestra sociedad validará la corrupción y la impunidad, eso sí depende enteramente de nosotros.
Si nos quedamos callados y de brazos cruzados entonces no merecemos llamarnos dominicanos, ni cristianos, ni siquiera seres humanos, pues nos habremos comportado como bestias que se dejan arrear al matadero. La indiferencia no debe tener lugar en este momento, la gota que rebosó la copa ya terminó de caer.
Hemos comprobado como en este país todos los poderes del Estado están controlados por el mismo grupo, y esa es la definición teórica de la dictadura. Mucha sangre que nos ha costado la democracia y la libertad para que nos la dejemos arrebatar por un grupo de inmorales que no les importa nada más que sus privilegios.
No nos quedemos sentados maldiciendo desde nuestra zona de confort, salgamos a las calles, usemos las redes sociales, colguemos paños negros en nuestras ventanas, hagamos lo que sea, pero hagámoslo, que sepan esos perversos que la conciencia del pueblo estaba dormida pero que aun no ha muerto, y que ya está despertando.
Como dijo ayer Huchi Lora en su cuenta de twitter: “Los dominicanos podemos tomar la decisión de acabar para siempre la era del robo y la impunidad”, agregando: “Solo puede atarnos nuestra propia soga. Rompa la suya. Verá que no es difícil”. Tomemos esa decisión ahora ¡Adelante!
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