Jorge Feliz Pacheco

La generación SIN-SIN

Adentrándome en el tema de los NI-NI, que son los jóvenes que «Ni estudian, Ni trabajan»; me percate de un nuevo fenómeno al que he denominado los SIN-SIN, que son los niños/adolecentes «Sin educación, y Sin oportunidad».

Estos son mucho más jóvenes que los NI-NI, ya que podemos encontrarlos desde los 8 años, los mismos poco a poco se han convertido en los principales victimarios de la criminalidad y la delincuencia en nuestro país. El perfil predominante de los que delinquen hoy en día, es de niños/adolecentes de 12 a 25 años; pobres, desempleados, urbanos, sin educación, y sin oportunidades.

Los SIN-SIN, son presas fáciles de la delincuencia, aquella que se alimenta de la crisis social, crisis económica y de la pérdida de valores. Lo doloroso es que éstos niños/adolecentes ven al crimen como su oportunidad, mientras los criminales los ven a ellos como su negocio.

En América Latina, que es la región del mundo con mayor inequidad y mayor desigualdad social, la juventud se ha convertido en el epicentro de esta. Existe un gran porcentaje de jóvenes excluidos, los cuales representan el 25% de la población Latinoamericana, entonces, el crimen organizado que se expresa a través del sicariato, tráfico, microtráfico y consumo de drogas, los recluta. Para que tengan una idea, desde hace algunos años el crimen organizado, especialmente el de tráfico de drogas, pagaba sus operaciones con dinero. Actualmente esos negocios se pagan con drogas y esas drogas hay que convertirlas en pesos, y por ende para convertirlas en pesos hay que distribuirlas y/o consumirlas; y allí es cuando los SIN-SIN entra en escena. Un grupo que la sociedad ha excluido, que no tiene visibilidad, que no se le puede ver, y sin posibilidades de insertarse en el mercado de consumo de una sociedad competitiva. Por esta razón escogen la vía fácil para conseguir dinero. «El amor por el dinero es la raíz de todo mal». TIMOTEO 6:10. Por esto la violencia se ha ido incrementando en nuestros países. Hoy por hoy, la violencia es una de las principales causas de defunción entre jóvenes, sobre todo en los varones. Esa violencia se muestra de manera cruda en América Latina, ya que tenemos el 8% de la población mundial, pero aquí suceden el 31% de los asesinatos del mundo.

En el caso de las niñas SINSIN los datos son aún más alarmantes, aproximadamente 15 millones de partos en clínicas y hospitales de todo el mundo son en una edad promedio de 12 a 19 años. Esto por supuesto tiene secuelas muy negativas, ya que incide directamente en la alarmante descomposición familiar y sus consecuentes problemas sociales, ya que 7 de cada 10 embarazos no deseados son entre adolescentes. (En América Latina y el Caribe, una tercera parte de los embarazos corresponden a menores de 18 años, y de estos casi un 20% a menores de 15 años. La República Dominicana es uno de los países de Latinoamérica con mayor porcentaje de adolescentes embarazadas, Dato: UNICEF).

Los SIN-SIN terminan en las calles por distintas razones, las más comunes son las siguientes:

Abandono de sus padres, niños huérfanos, expulsados de sus hogares por mal comportamiento, niños hijos de adolecentes, niños que eligen vivir en la calle a raíz del maltrato sufrido en su casa, o niños que por negligencia de los padres o más bien porque su familia no es capaz de cubrir las necesidades básicas, eligen y en algunos casos los obligan a trabajar para buscar dinero en las calles. Lo anteriormente descrito trae consigo marginalidad, crimen social (66.4% de los dominicanos considera que la delincuencia es el mayor problema de barrio), desintegración familiar, abusos físicos y sexuales, trabajo y explotación infantil (limpiabotas, limpiavidrios, pedigüeños) y crecimiento descontrolado de suburbios (desde el año 2007, por primera vez en la historia de la humanidad más personas viven en las ciudades que en los campos, y el caso de la República Dominicana, es más extremo, ya que el 74.3% de la población dominicana vive en zonas urbanas, fuente: ONE).

Entonces, la pregunta que me hago a diario y se la pregunto a ustedes; ¿Cómo vamos a mejorar las condiciones de vida de los jóvenes dominicanos? Nadie nace delincuente o consumidor de drogas. Insertar a la juventud dominicana en el tejido social y laboral, es el reto que tenemos por delante como país.

No se trata de ganar elecciones se trata de ganarse el corazón de la gente.-

 

@JFelizPacheco

 

Redacción

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