Episcopado dedica carta pastoral a la vida consagrada

Santo Domingo.-La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), dedicó a la vida consagrada la carta pastoral que realizó este año con motivo del Día de la Virgen de la Altagracia.

En el documento, convoca al pueblo de Dios a “asumir grandes objetivos de este Año de la Vida Consagrada en nuestras respectivas Iglesias Diocesanas, mirando el pasado con gratitud, viviendo el presente con pasión y abrazando el futuro con esperanza, a la vez que celebrando junto a todas las Comunidades de Vida Consagrada presentes entre nosotros”

Recordó que la vida consagrada responde con la práctica gozosa de la castidad perfecta ante una cultura hedonística que busca en la sexualidad, sólo el placer egoísta y sin ninguna norma moral objetiva, promoviendo una especie de idolatría del instinto.

“En la Iglesia llamamos Vida Consagrada: A una forma estable de existir en la cual hombres y mujeres bautizados, llamados por Dios Padre a vivir de una manera particular y radical los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, siguen más de cerca a Cristo bajo la acción del Espíritu Santo y se dedican totalmente a Dios como a su amor supremo, entregados por un nuevo y peculiar título a su gloria, a la edificación de la Iglesia y a la salvación del mundo. Lo hacen unidos en una comunidad fraterna inspirados en el carisma de su fundador o fundadora para responder a unas necesidades concretas de la Iglesia y de la sociedad”

Frente al materialismo ávido de poseer, desinteresado de las exigencias y los sufrimientos de los más débiles y carente de cualquier consideración por el mismo equilibrio de los recursos de la naturaleza, la respuesta de la vida consagrada está en la profesión de la pobreza evangélica.

La CED resaltó también como características de la vida consagrada la obediencia, la opción preferencial por los pobres y la vivencia de la fraternidad en una comunidad concreta.

“Nos complace constatar que de los 2,200 consagrados y consagradas 1,376, lo equivalente al 66%, son nacidos en nuestra tierra. Las religiosas alcanzan la suma de 1,078 nativas (67% de todas las femeninas). De los religiosos 298 (64%) son nacidos aquí. De las religiosas contemplativas, 119 equivalente al 74% son dominicanas. Esto indica que la vida consagrada se ha inculturado entre nosotros, fruto del testimonio de una consagración vivida con alegría, entusiasmo y dedicación”, destaca la carta pastoral.

Redacción

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