POR ALBERTO QUEZADA
Concluido el proceso de escogencia de los nuevos miembros titulares de la Junta Central Electoral (JCE) para el periodo correspondiente (2020-2024), muchas afirmaciones, hipótesis y conjeturas han surgido en el ambiente político nacional.
Por ejemplo, la insistente afirmación entre algunos representantes legislativos y dirigentes políticos de oposición de que la selección de los nuevos jueces del alto organismo comicial obedeció a un acuerdo político previo entre el ex presidente Leonel Fernández y el Presidente Luis Abinader para las elecciones de marzo y julio.
Dicen también que ese mismo acuerdo abarcaba, además, la entrega futura al doctor Fernández y la Fuerza del Pueblo, del control del Tribunal Superior Electoral y una importante cuota en la Cámara de Cuentas y la Suprema Corte de Justicia.
Asimismo, esos mismos sectores han sostenido de manera pública la hipótesis de que la exclusión de los demás actores y entidades políticas del país de las escogencias de los magistrados de la JCE constituyó un claro indicio de desprecio a la democracia y la institucionalidad, para dar paso al reparto vulgar y componenda maliciosa.
Aseguran, también, de que a los recién escogidos jueces electorales se le ha encomendado entre sus compromisos inmediatos ¨hacer lo que tengan que hacer¨ para completarle el 5 por ciento que requiere la FP para que así pueda adquirir la categoría de partido mayoritario y poder acceder de esta forma a los cuantiosos recursos económicos que le corresponden por ese concepto.
Si todo eso que se afirma, se plantea como hipótesis, conjetura y especulación en la actual coyuntura social, política y económica que vive la República Dominicana, se comprueba y se intensifica; a nosotros como nación nos esperan tiempos muy difíciles.
Sin dudas, que estaremos asistiendo a la era de la antipolitica de que nos hablara el brillante sociólogo y teórico francés, Michel Foucault, en sus interesantes tratados sobre política y poder. Serán días de oprobio y borrasca para esta media isla caribeña.
El autor es periodista y magister en derecho y relaciones internacionales. Reside en Santo Domingo.quezada.alberto218@gmail.com
Agregar comentario