Por Miguel Mejía
En las pasadas elecciones se puso de manifiesto, una vez más, que los llamados partidos mayoritarios (Partidos del Sistema), en la mayoría de los procesos electorales en que han ganado las elecciones no han podido ganar con votos propios, ha sido determinante la unidad amplia, diversa y plural; una unidad pluriideológica o pluripartidista.
Claro, más allá de la suma aritmética. Para las fuerzas progresistas debemos tomar como aspecto fundamental para esta unidad la oferta programática que pueda contribuir a las soluciones de los grandes problemas que afectan a nuestra nación.
Desde la creación del llamado Frente Patriótico que encabezó el Partido de la Liberación Dominicana, el Reformista Social Cristiano de Balaguer y otras fuerzas políticas de pensamiento, origen, comportamiento y conducta distintos, en 1996, ha quedado demostrado que las fuerzas políticas que componen el sistema de partidos de la República Dominicana ninguna está en condición de ganar por sí sola una candidatura presidencial, independientemente de la simpatía electoral que por sí alcancen determinados candidatos.
Esto quedó evidenciado cuando en 1996 en segunda vuelta Leonel Fernández ganó la presidencia con 51.25% con el apoyo de aliados en el citado Frente Patriótico, Hipólito Mejía, con el PRD, en el año 2000, con un 49,9%, que, aunque no obtuvo la cantidad reglamentaria, Joaquín Balaguer y el PLD le permitieron asumir la presidencia faltándole una décima. En el 2004, se vuelve a repetir con Leonel Fernández y posteriormente con Danilo Medina en 2012 y 2016, que alcanzaron el triunfo electoral con la suma de votos aportados por los aliados. Lo que evidencia la importancia de la unidad amplia, diversa y plural.
De nuevo se pone de manifiesto la importancia de este tipo de unidad, porque, pese a todas las predicciones que hicieron las firmas encuestadoras, nacionales e internacionales de que el actual presidente y candidato del Partido Revolucionario Moderno -PRM- Luís Rodolfo Abinader Corona, hoy reelecto en las elecciones del pasado 19 de mayo, ganaría con un porcentaje sobre los 60 puntos, alcanzó el 57.45%, obteniendo una mayoría absoluta en ambas cámaras de diputados y senadores; de 190 diputados el PRM y aliados obtuvieron 146, de 32 senadores el PRM y aliados obtuvieron 29. De lo que fueron certeras todas las firmas encuestadoras es que el presidente Abinader ganaría las elecciones en primera vuelta.
Sin embargo, hay asuntos reflejados en este proceso electoral que el Partido de gobierno debe prestar atención. ¿Cómo es posible que en alrededor de 17 provincias los candidatos a senadores hayan obtenido más votos que el presidencial? Provincias donde incluso el presidente ha hecho mayor inversión en proyectos de desarrollo social.
Cabe preguntarse también, ¿quiénes eran los jefes de campaña en esas provincias a cuyos candidatos se les veía poco una iniciativa propia de campaña electoral, siendo la figura del candidato presidencial el endoso politico de mayor peso electoral?
Insisto en que el PRM debe abocarse a hacer una profunda evaluación y reflexión que le permita identificar el por qué las proyecciones que ellos se habían dado, fruto de mediciones concretas y que mediciones de algunas firmas encuestadoras coincidían con ellos en esas proyecciones, no las obtuvieron. Me queda claro que esa profunda evaluación y reflexión podría arrojar también razones de la derrota de la senaduría del Distrito Nacional por el PRM.
Hasta el momento, como espectador veo algunos factores; uno de ellos fue la resistencia de algunos sectores del PRM, y lo pongo en plural porque no fue únicamente del sector Faride, ésta no tiene esa fuerza interna para frenar la decisión de su partido, otro factor fue que un sector de la iglesia usó el púlpito contra el candidato a senador por el Distrito Nacional Guillermo Moreno, bajo el eslogan de los candidatos pro vida.
Otro factor visible es que el PRM ganó más del 90% de las diputaciones en el Distrito Nacional, lo que resulta paradójico que no haya ganado la candidatura a la senaduría; la cantidad de votos obtenidos por el candidato a la senaduría por la Fuerza del Pueblo evidencia que hubo votos del oficialismo desviados hacia este candidato, lo cual queda palpable en el mensaje del candidato ganador Omar Fernández, agradeciendo a los que votaron por él en secreto.
Es oportuno dejar claro que no estamos defendiendo a uno ni a otro, mi reflexión en este artículo es precisamente un aporte a la importancia de la unidad y un llamado a adecentar el noble ejercicio de la política para construir democracia fuerte.
Queda claro que la unidad amplia, diversa y plural, en el marco de la capacidad de concertación es muy importante, sustentada en un proyecto de nación con base programática que permita dar respuestas a los grandes problemas que afronta la nación dominicana.
Nosotros siempre hemos fomentado este tipo de unidad, más allá de la suma de siglas partidarias o de suma aritmética, haciendo énfasis en el contenido del programa y en la hoja de servicio de los candidatos. No concebimos la política como un refugio o un manto que cubra inconductas de cualquier naturaleza; la vocación de servicios y los valores deben prevalecer por encima de cualquier interés grupal y/o personal.
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