POR ALBERTO QUEZADA
La invitación del presidente Luis Abinader a los expresidentes de la República Dominicana para dialogar sobre la crisis haitiana ha provocado reacciones diversas, especialmente por parte de figuras clave como Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina.
No es un tema menor. Las relaciones dominico-haitianas representan un desafío estructural que marcará el rumbo del país mientras compartamos esta isla en el Caribe occidental. A continuación, presentamos un análisis crítico de las posturas de estos tres líderes, cuyas opiniones podrían dar forma a una estrategia nacional frente a una problemática que trasciende gobiernos y generaciones.
Leonel Fernández: Diplomacia con soberanía
El expresidente Fernández ha mostrado disposición a colaborar, destacando la necesidad de que cualquier diálogo se base en el respeto mutuo y la defensa de la soberanía nacional. Su visión aboga por combinar la diplomacia internacional con el fortalecimiento institucional interno para afrontar la crisis haitiana.
Fortalezas: Promueve una política exterior articulada y respetuosa, clave para reforzar la imagen del país en escenarios internacionales.
Debilidades: Se le critica por la falta de propuestas concretas aplicables a corto plazo dentro del territorio nacional.
Hipólito Mejía: Unidad por encima de partidos
Mejía ha llamado a dejar de lado las diferencias partidistas y crear una mesa de trabajo que incluya todos los sectores del país. Su enfoque busca articular una respuesta integral que combine lo humanitario con la seguridad nacional.
Fortalezas: Fomenta la cohesión política y social, condición esencial para la ejecución de políticas consensuadas.
Debilidades: El proceso de construir consensos podría dilatar la acción inmediata ante una crisis que avanza con rapidez.
Danilo Medina: Seguridad fronteriza y cooperación regional
El expresidente Medina ha enfatizado la urgencia de reforzar la seguridad en la frontera y fortalecer acuerdos bilaterales con países de la región para gestionar la migración irregular y los efectos colaterales de la crisis haitiana.
Fortalezas: Su enfoque operativo atiende prioridades inmediatas de seguridad y control.
Debilidades: Podría quedar corto en la dimensión humanitaria del problema si no se equilibran las acciones con una visión a largo plazo.
¿Oportunidad o retórica?
La convocatoria del presidente Abinader ha abierto una ventana importante para el debate nacional. Las posturas de los expresidentes, aunque distintas, no son excluyentes: si se articulan con madurez política y visión de Estado, podrían conformar una estrategia sólida para enfrentar uno de los mayores retos que encara la República Dominicana.
Este es un momento crucial: la historia exige grandeza, diálogo real y soluciones que combinen firmeza, humanidad y visión geopolítica
El autor es periodista y magíster en derecho y relaciones internacionales. Reside en Santo Domingo. quezada.alberto218@gmail.com
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