Brasil, la mayor democracia de América Latina, se encamina a una segunda vuelta electoral para elegir a su próximo presidente después de que ningún candidato haya alcanzado este domingo el 50% de votos necesarios para proclamarse vencedor.
En una votación mucho más ajustada de lo que pronosticaban las encuestas y con el 96,10% de los sufragios contabilizados, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva logró el 47,8% de los votos, frente al 43,8% del actual presidente brasileño de ultraderecha, Jair Bolsonaro.
En tercera posición se ubica Simone Tebet, con el 4,22% de los sufragios.
En esta jornada electoral, que ha trascurrido sin graves incidentes y con largas filas en los centros de votación, 156 millones de brasileños estaban llamados a las urnas.
Las últimas encuestas colocaban a Lula como líder en las intenciones de voto, con una ventaja de entre 6 y 14 puntos sobre Bolsonaro. Algunas dejaban incluso abierta la posibilidad de que ganara la presidencia en esta primera vuelta, algo que finalmente parece que no sucederá.
La segunda vuelta entre Lula y Bolsonaro se celebraría en cuatro semanas, el domingo 30 de octubre.
Quien obtenga más votos en esa votación será declarado presidente electo. El nuevo presidente prestará juramento el 1 de enero de 2023.
Este domingo a las 17:00 hora local (20:00 GMT) en la capital de Brasil, Brasilia, las mesas de votación cerraron.
Las filas eran tan largas que en algunos lugares, que los colegios electorales se mantuvieron abiertos más allá de la hora prevista para el cierre de las urnas para que todos tuvieran la oportunidad de votar.
Al votar este domingo en Vila Militar, en Río de Janeiro, Bolsonaro volvió a poner en duda la seguridad de las urnas electrónicas y se negó a responder si reconocerá los resultados del Tribunal Superior Electoral en caso de ser derrotado.
«Tanta gente en la calle apoyándonos, lamentablemente no lo vieron en la prensa. Es parte de las reglas del juego. Lo que cuenta es Datapueblo (an alusión a la encuesta de Datafolha, que lo situaba 14 puntos por detrás de Lula). ¿Elecciones limpias? No hay problema. Que gane el mejor», aseguró el mandatario.
Lula da Silva, por su parte, votó en São Bernardo do Campo (estado de São Paulo), la zona donde fue líder del sindicato de metalúrgicos antes de lanzarse a la política. El expresidente hizo un llamado a terminar con las divisiones.
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