Juan Orlando Hernández es entregado en extradición.

Extraditan a EE.UU. ex presidente de Honduras acusado de narcotráfico

El ex presidente hondureño Juan Orlando Hernández (2014-2022) ha sido extraditado este jueves hacia Estados Unidos. En la ciudad de Nueva York, a donde es transportado desde una base del Ejército en Tegucigalpa, enfrentará un juicio por narcotráfico. Hernández enfrenta tres cargos asociados al narcotráfico y uso de armas. Según la solicitud, los fiscales estadounidenses aseguraron que entre 2004 y 2022, incluso antes de que fuera presidente, “Hernández participó en la conspiración violenta de narcotráfico para recibir cargamentos de múltiples toneladas de cocaína”.

El expresidente, de 53 años, fue trasladado, esposado, en un helicóptero a la base militar desde una unidad especial de la Policía Nacional, donde permanecía en arresto preventivo desde el 15 de febrero, cuando fue capturado en su domicilio de Tegucigalpa. Hernández es acusado por EE UU por ”conspiración para importar una sustancia controlada” a ese país, con el “conocimiento de que dicha sustancia sería importada ilegalmente” a territorio estadounidense, “a aguas a una distancia de 12 millas de la costa de los Estados Unidos”. Además, es acusado de “fabricar, distribuir y poseer con la intención de distribuir una sustancia controlada a bordo de una aeronave registrada es Estados Unidos”.

La extradición, aprobada inicialmente por un juez, fue luego ratificada a fines de marzo por los 15 magistrados del Pleno de la Corte Suprema de Justicia de Honduras, todos ellos nombrados durante el primer Gobierno de Hernández. “Soy inocente, he sido y estoy siendo sometido a un proceso de manera injusta” indicó Hernández en un vídeo difundido este jueves por su esposa, Ana García, antes de ser extraditado.

La justicia estadounidense ya pisaba los talones del expresidente desde mucho antes de dejar el poder el 27 de enero. En concreto, desde que hace un año su hermano Tony Hernández fue condenado a cadena perpetua en una corte de Nueva York. El nombre de Juan Orlando Hernández fue citado durante el juicio más de cien veces por distintos criminales. Desde el verano pasado, el expresidente fue incluido en el listado de personas señaladas de corrupción o de socavar la democracia y poco después Estados Unidos le retiró el visado. “Estados Unidos está promoviendo la transparencia y la rendición de cuentas en Centroamérica al hacer públicas las restricciones de visa contra el expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández debido a actos corruptos. Nadie está por encima de la ley”, dijo hace unos meses el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken. Blinken marcó el camino al decir que Hernández se había involucrado de forma significativa “al cometer o facilitar actos de corrupción y narcotráfico, y al utilizar las ganancias de actividades ilícitas para campañas políticas”.

En su última entrevista antes de dejar el poder, la concedida a EL PAÍS el 22 de diciembre, Juan Orlando Hernández se defendió diciendo que era víctima de los narcotraficantes a los que había combatido durante años. Hernández insistió en que pagaba el precio de haberse atrevido a aprobar la extradición de capos y que la oficina antidrogas de Estados Unidos, la DEA, poseía grabaciones secretas que confirmaban su beligerancia contra los grandes cárteles de la droga. Menos de dos meses después de aquella respuesta, Estados Unidos llama a su puerta.

El Motín

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