Luego del grito de ¡¡¡Tierra, Tierra!!!, pronunciado a todo pulmón por un extenuado Rodrigo de Triana, desde su puesto de vigía en la carabela “La Pinta”, la madrugada del 12 de octubre de 1492, y tras desembarcar los ocupantes de las tres embarcaciones, de inmediato no había forma posible de que ese magno acontecimiento fuese dado a conocer en España y otros lugares de Europa.
Habían llegado a una islita de apenas 130 kilómetros cuadrados, llamada Guanahaní por los nativos y donde solo había playas de arena blanca y una escasa población de nativos.
Tuvieron que transcurrir cuatro meses y 18 días -tiempo en el que se descubrieron nuevos territorios- para que eso se supiera allá, al otro lado del Atlántico, cuando se produjo el regreso de Cristóbal Colón para dar las buenas nuevas. Al retorno, se debió tomar en cuenta la destreza de los navegantes, con tal de no ir a parar a las costas de África o a otros confines.
Según reseñó la efemérides del miércoles primero de marzo recién pasado, en una fecha como esa del año 1493, a fines del siglo XV, fue que se conoció por vez primera en Europa la noticia que cambiaría el curso de la historia: el descubrimiento del Nuevo Mundo.
Desde la salida de España, al momento de zarpar rumbo a lo desconocido, hasta el retorno a Europa habían transcurrido casi siete meses.Por demás, para la época los adelantos en las comunicaciones eran exageradamente escasos. Después que una nave zarpaba desde puerto era difícil, por no decir imposible, tener contacto con la tripulación.
Para la época, los adelantos en las comunicaciones eran no solo escasos, sino prácticamente inexistentes. Se da como un hecho que para entonces en España, autoridades y el pueblo llano pensaran que los intrépidos navegantes se habrían ahogado, o llegado a lugares remotos de mucho peligro para radicarse, o que los habrían matado o encarcelado, etc.
La historiografía da cuenta que la partida hacia lo desconocido se produjo el 3 de agosto de 1492, desde Palos de Moguer, en España. Y que con su expedición, Colón buscaba una ruta para llegar a la India, a Catay (China), o Cipango (Japón).
A partir de darse a conocer la noticia del descubrimiento, en España se incentivó el oficio de la navegación, los adelantos de la marinería, nuevas empresas surgieron, lo mismo que un incremento de las actividades de comercio. La monarquía tuvo una nueva proyección a nivel del mundo conocido hasta entonces.
Este primero de marzo se cumplieron 524 años que la carabela “La Pinta” arribó al puerto de Bayona, en Pontevedra, España, con la exclusivísima noticia de que eran poseedores esos navegantes.
“La Pinta” era una embarcación, tipo carabela, que formó parte de las tres con que Colón tuvo la osadía de lanzarse a atravesar el Atlántico hacia lo desconocido. La “Santa María” y “La Niña” fueron las otras dos. Tenían 20 metros de eslora (todo el largo) por 7 de manga (el ancho), con un desplazamiento de 8 nudos, igual a 15 km/hora.
Esas tres carabelas, solo impulsadas por los vientos, tuvieron que recorrer más de 6 mil kilómetros, cruzando el Atlántico,
venciendo obstáculos en medio de la osadía que representa navegar en un mar desconocido. Por demás, navegando en noches de tinieblas, apenas alumbrados por lámparas rudimentarias, y con los más variados temperamentos a bordo.
Según la terminología marinera, la carabela es una embarcación a vela ligera, alta y larga usada en viajes oceánicos en los siglos XV y XVI en Portugal y España.
Luego de sortear numerosos inconvenientes en alta mar, hasta conatos de sublevación por parte de la tripulación, y escasez de alimentos, al cabo de dos meses y nueve días: el 12 de octubre de 1492 -siempre según lo que relatan los textos históricos- Colón y sus navegantes llegaron a tierras desconocidas para el mundo conocido de entonces.
La diminuta isla de Guanahaní, de apenas 130 km cuadrados, ahora llamada Watling, fue el primer punto al que arribaron los navegantes. Colón la bautizó San Salvador. Fue ocupada por los ingleses en el siglo XVII. Hoy en día pertenece a Las Bahamas, y su fuerte es el turismo de playa.
La historiografía narra que el 27 de octubre de 1492, apenas 12 días después, Colón y su gente llegaron a la isla de Cuba, donde permanecieron por espacio de algunos días, y luego de zarpar nuevamente, el 5 de diciembre llegaron a la isla Quisqueya o Haití, bautizada como La Española, y donde desde un principio la codicia se apoderó de los europeos.
El precio del apoderamiento de todas las riquezas encontradas, tierras, metales preciosos, recursos madereros, y muy a pesar de que los nuevos conquistadores llegaron haciéndose acompañar de la cruz redentora que identifica la fe cristiana, no tardó en consumarse en los nuevos territorios con la masacre de indígenas, que con el tiempo pasó a convertirse en uno de los holocaustos más dantescos que conoce la especie humana.
Agregar comentario