Por Alberto Quezada
A pocos días de concluir este año 2021 se hace necesario que todos los dominicanos y dominicanas se mantengan bien alerta ante cualquier amenaza de índole nacional e internacional que pudiera estarse fraguando en contra de la República.
La actual coyuntura requiere mantener vivo el ejemplo esculpido de pureza, desprendimiento y entrega sin límites de los padres fundadores de nuestra nacionalidad a un en los momentos más difíciles.
La nación dominicana necesita más que nunca de hombres nacionalistas que como Juan Pablo Duarte vivió una vida de angustia por la patria, y que dejó a sus compatriotas el legado de un idealismo incorruptible.
Asimismo, urge de patriotas como Francisco del Rosario Sánchez que labró su gloria en las piedras del Baluarte del Conde y supo luego santificarla con el holocausto de El Cercado¨ episodio inolvidable de la memoria histórica dominicana.
Se necesitan, además, nacionalistas como Matías Ramón Mella que refrendó la decisión de hacernos libres con la intrepidez de su disparo rescatándonos de la servidumbre para hacernos libres de las cadenas opresoras de la sumisión, y el escarnio extranjero.
Es cierto que hemos avanzado mucho luego de aquella epopeya independentista, pero tenemos que mantenernos firmes, vigilantes y celosos ante la mirada y actitud amenazante de personajes y naciones que envidian nuestro crecimiento y progreso.
Nuestra prosperidad, tiene muchos enemigos que desearían vernos siempre pobres, infelices y abandonados, como en los días en que el escritor Mosén Pedro de Margarite nos llamaba con sarcástica amargura la ¨Isla de las Vicisitudes¨.
De manera, pues, no podemos confiar en nadie y debemos mantenernos alerta hasta tanto se despeje la atmósfera de asedio nacional e internacional que aún prevalece sobre los cielos de la República Dominicana. Es tiempo de nación.
El autor es periodista y magíster en derecho y relaciones internacionales. Reside en Santo Domingo. Quezada.alberto218@gmail.com
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