Presidente Luis Abinader

El valor del consenso en la política fiscal: un paso reflexivo de Abinader

 

Por Anyelina Baldera

El reciente anuncio del presidente Luis Abinader, solicitando el retiro inmediato del proyecto de Ley de Modernización Fiscal, es una demostración de madurez política y sensibilidad hacia las demandas sociales. En un contexto donde las reformas fiscales tienden a generar tensiones entre diferentes sectores, la capacidad de un líder para reconocer la falta de consenso y ajustar sus planes es crucial. No todos los días vemos a un gobernante dar un paso atrás en un proyecto clave, pero en este caso, Abinader lo ha hecho de manera estratégica y, en mi opinión, acertada.
La decisión de retirar esta propuesta no es simplemente un acto de resignación; es una oportunidad para redirigir los esfuerzos hacia un diálogo más amplio y constructivo.

Las reformas fiscales son, por naturaleza, complejas y polémicas. Tocar la estructura económica de un país siempre implica riesgos, sobre todo si no se tiene el apoyo de la mayoría. En este caso, la falta de respaldo por parte de la sociedad civil y algunos sectores económicos ha sido determinante. El retiro del proyecto subraya la importancia de escuchar a la ciudadanía, de entender sus preocupaciones y de no imponer políticas que puedan generar más rechazo que soluciones.

Abinader ha sabido reconocer, además, que sus planes de desarrollo deberán ajustarse. Esto demuestra no solo flexibilidad, sino también un liderazgo basado en la búsqueda de alternativas viables. No se trata de renunciar al progreso, sino de buscar caminos que sean aceptables para la mayoría, sin comprometer la estabilidad social del país. En un escenario donde los conflictos sociales y las fracturas económicas están a la orden del día, esta es la única manera de avanzar hacia una República Dominicana más próspera y moderna.

Aplaudo, el carácter reflexivo que se evidencia en esta acción. El presidente ha sido consciente de que las reformas no pueden imponerse sin el apoyo social. El hecho de retirar el proyecto, que para algunos sectores significaba un golpe económico, es un ejemplo de un gobierno que escucha y se adapta. En la política dominicana, como en muchas otras democracias, el reto no está solo en gobernar, sino en gobernar con legitimidad. Y esta se construye a través del diálogo.

La búsqueda de alternativas que mencionó Abinader sugiere que el debate no ha terminado, solo ha cambiado de tono. Sin embargo, la lección es clara: cualquier propuesta futura deberá contar con un consenso más amplio y estar más alineada con las expectativas de los diferentes sectores. Solo así será posible alcanzar los objetivos de modernización económica sin dejar de lado la cohesión social.

Este paso de Abinader refuerza la idea de que, en política, a veces es necesario detenerse para avanzar. Gobernar implica escuchar y adaptarse, y en este caso, el presidente ha dado una muestra de ambos atributos. Ahora queda por ver si las alternativas que se exploren serán capaces de generar el consenso necesario para prosperar, algo que es, sin duda, la clave para una República Dominicana que todos queremos.

El Motín

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