Un nuevo estudio sobre la capa de hielo antártica que incluye procesos previamente subestimados indica que el nivel del mar podría duplicar las estimaciones existentes en los próximos cien años, elevándose más de 1,5 metros para el año 2100, y ser 15 metros más alto en 2500, debido a su fusión si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando, según concluye el trabajo de investigadores de las universidades de Pensilvania y de Massachusetts, en Estados Unidos.
«En este caso, el calentamiento de la atmósfera pronto se convertirá en el conductor dominante de la pérdida de hielo, pero el calentamiento del océano prolongado retrasará la recuperación durante miles de años»‘, según explican los investigadores en un artículo que se publica este jueves en Nature
La Antártida fue el principal contribuyente al aumento del nivel del mar en el pasado y puede ser el primer autor en el futuro, ya que gran parte de su hielo se sienta en el suelo. El hielo flotante, como el del Océano Ártico, ya está en el agua y si se derrite, no eleva el nivel del mar.
La contribución de la Antártida probablemente dominará la fusión de la capa de hielo menor de Groenlandia. Aunque sólo algunas partes de la Antártida se derriten en el peor de los casos, la fusión sugerida por el modelo sería suficiente para duplicar las recientes estimaciones del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático para el futuro aumento del nivel del mar durante los próximos cien años.
«Recientemente nos fijamos en el problema planteado desde hace muchos años por la evidencia geológica que indica que el nivel del mar aumentó dramáticamente en el pasado, posiblemente hasta entre 10 y 20 metros, hace alrededor de 3 millones de años en el Plioceno –dice David Pollard, científico en el Instituto de Sistemas Ambientales y de la Tierra, de la Universidad Estatal de Pensilvania–. Los modelos existentes no podían simular lo suficientemente la fusión de la capa de hielo para explicar eso».
El calentamiento del océano se ha identificado como la causa principal del retroceso del hielo que se produce hoy, ya que el agua más caliente erosiona rápidamente la parte inferior de partes de la capa de hielo flotante. Las plataformas de hielo flotantes actúan como contrafuertes para el hielo en la tierra, cuya base se encuentra por debajo del nivel del mar.
Una vez que las placas se han ido, el hielo en tierra puede moverse más rápido. Sin embargo, en los modelos anteriores, este proceso no simuló suficientemente la fusión para explicar los últimos niveles del mar, con sólo representando el colapso de la Antártida occidental, a pesar de que áreas similares en la Antártida oriental con enormes cantidades de hielo podrían colapsarse de la misma manera.
Pollard, en colaboración con Robert M. DeConto, profesor de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Massachusetts, Amherst, analizó otros dos mecanismos que podrían explicar una mayor fusión. El primero está fracturando y profundizando las grietas en las plataformas de hielo flotantes de baja altitud, juntando el agua de deshielo superficial y las precipitaciones causadas por el calentamiento de las temperaturas del aire. Si las emisiones continúan sin cesar, este proceso comenzará a dominar el calentamiento del océano dentro de cien años, puesto que ya provocó la desintegración de la plataforma de hielo Larsen B en 2002.
El segundo mecanismo entra en juego una vez que las capas de hielo flotante se desintegran hacia la zona de conexión con la tierra, dejando extremadamente altas paredes de hielo. Estas paredes son tan altas que la simple física indica que no pueden soportar estructuralmente su peso y se hunden posteriormente en el mar, erosiando los acantilados más y más hacia el interior, siempre y cuando la base se mantenga lo suficientemente profunda por debajo del nivel del mar.
Acantilados similares, con cerca de cien metros de hielo sobre el nivel del mar y de 800 metros por debajo, existen hoy en día en algunos de los glaciares más grandes de Groenlandia y la Península Antártica, donde se producen regularmente grandes eventos de fractura.
Ambos mecanismos son conocidos, pero tampoco se han aplicado a este tipo de modelo de la capa de hielo antes. Los investigadores incorporaron la física y probaron el modelo, impulsado por modelos climáticos de alta resolución y datos climáticos del pasado. El sistema actualizado reprodujo la retirada de la capa de hielo consistentemente con los datos geológicos del nivel del mar en el Plioceno cálido y también para el último periodo interglacial hace unos 125.000 años y, después, se aplicó el modelo para el futuro, lo que obligó a varios escenarios de emisiones de gases de efecto invernadero.
«A pesar de que la contribución futura del nivel del mar en nuestro modelo es más grande de lo que se pensaba anteriormente, se basa en mecanismos creíbles y es consistente con la evidencia geológica de la subida del nivel del mar pasado –subraya Pollard–. Consideramos que los resultados como el peor de los casos posible del comportamiento futuro de las capas y los mecanismos deberían considerarse seriamente en el futuro trabajo».
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