Tecnologías ayudan a descubrir secretos milenarios de los faraones

Egipto.- Las nuevas tecnologías han cambiado en los últimos años la forma en la que los arqueólogos estudian las momias, tumbas y pirámides, lo que ha abierto la puerta a nuevos hallazgos sobre los faraones, como la reciente hipótesis de que al lado de la tumba de Tutankamón esté enterrada la reina Nefertiti.

Para probar esta teoría se están efectuando unos análisis con radar en el sepulcro del «faraón niño» para comprobar si detrás del muro norte y oeste del sepulcro hay cámaras ocultas, tal y como apunta un reciente estudio de un equipo japonés.

En la noche entre el jueves y el viernes, expertos egipcios y estadounidenses llevaron a cabo durante doce horas cuarenta escaneados en varios niveles de las paredes del sepulcro.

De ello, se pudo revelar posteriormente que hay indicios de que existe «algo», pero aún se necesita analizar los resultados de esta última prueba, así como realizar otras para contrastarlos.

La investigación en la tumba de Tutankamón dio comienzo después de que el egiptólogo británico Nicholas Reeves considerara que detrás del muro norte del sepulcro podría haber una cámara secreta, en la que estaría enterrada la reina Nefertiti, cuyo sarcófago no ha sido aún hallado.

El experto formuló esta hipótesis después de que examinara las imágenes de alta resolución de la tumba tomadas por el estudio Factum Arte, con sede en Madrid, a partir de las cuales se realizó una réplica de la misma.

Gracias a un proceso de digitalización en tres dimensiones, se desarrolló esa réplica a escala real, que fue instalada hace dos años cerca de la tumba original.

Actualmente, la tecnología más moderna está siendo aplicada también a las pirámides de Guiza, con el objetivo de arrojar un poco de luz en torno al gran misterio de cómo fueron construidas hace 4.500 años.

«Es fascinante: estamos usando partículas cuánticas, que es lo más pequeño que conocemos, para estudiar uno de los monumentos más grandes de la historia», explica a Efe Mehdi Tayubi, codirector del proyecto ‘Scan Pyramids Mission’, lanzado por el Ministerio de Antigüedades egipcio en colaboración con el Instituto de Innovación y Preservación del Patrimonio (HIP) francés.

Tayubi, perteneciente al HIP, detalla que los métodos que se están empleando para analizar las pirámides -entre ellos los rayos infrarrojos y el radar geotérmico- existen desde hace tiempo, pero se están aplicando ahora a la historia y al patrimonio cultural.

«No podemos decir que vamos a resolver el misterio de las pirámides, pero vamos a contribuir a que se entienda mejor algo que ha fascinado a muchas generaciones», añade.

Por su parte, la egiptóloga española Myriam Seco, que desde el año 2008 trabaja en el templo funerario de Tutmosis III en Luxor (sur), asegura a Efe que la egiptología se ha beneficiado de la aplicación de las nuevas tecnologías en los últimos diez años.

La experta, que en su excavación ha empleado diferentes tipos de radares, explica que estos permiten obtener información que de otra forma no se conocería y más rápidamente, lo cual ayuda mucho a la investigación y al trabajo de los arqueólogos sobre el terreno.

En la búsqueda de la tumba de la reina Cleopatra y su amante, el general romano Marco Antonio, la arqueóloga dominicana Kathleen Martínez también ha empleado el radar para tratar de localizar la ubicación del sepulcro a las afueras de la ciudad de Alejandría (norte).

La investigación empezó en 2005 y desde entonces se han hecho varios hallazgos destacados y progresos que sustentan la hipótesis de la dominicana, aunque la tumba de la última faraona, que se suicidó el 14 de agosto del año 30 a.C. aún no ha sido encontrada.

Asimismo, la tecnología ya fue empleada para desvelar los misterios de la vida y la muerte de algunos faraones, como Tutankamón o también Ramsés III, asesinado con un corte en la garganta, tal y como demostraron las radiografías de su momia en 2012.

La profesora de Radiología de la Universidad de El Cairo Sahar Salim ha aplicado la tomografía computarizada a las momias custodiadas en el Museo Egipcio de El Cairo, lo que ha permitido conocer la edad en la que murieron esos faraones, sus condiciones de salud en el momento de la defunción y la causa del fallecimiento.

«Esto es una ciencia: la aplicación de la radiología y el escaneado a las antigüedades», señala la experta a Efe, que destacó que es un método no invasivo: «Antes teníamos que diseccionar las momias y hacer una autopsia; ahora en pocos minutos podemos obtener miles de imágenes detalladas».

Asimismo, subraya que no es una tecnología cara y que se ha aplicado a otros artefactos, como estatuas y ataúdes, y que al mismo tiempo es muy segura de cara a la preservación de las antigüedades que sufren el desgaste por el paso del tiempo y la curiosidad de expertos y aficionados.

Redacción

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