El Motín
Dos jóvenes economistas instaron a los ciudadanos a establecer y fortalecer sus fondos de emergencia, aprovechando que la pandemia del COVID-19 ha permitido reducir gastos por hábitos que temporalmente han cesado por las restricciones de la crisis sanitaria.
Laura Camacho y Kimberly García, especialistas en finanzas personales, aconsejaron tener una cuenta separada del resto de los ahorros para enfrentar imprevistos y sugirieron como opción participar en un fondo de inversión líquido, que ofrezca buenos rendimientos y permita retiro rápido sin penalidades.
Dijeron que, afortunadamente, en el país cobran vigencia las administradoras de fondos de inversión (AFI), de creación relativamente reciente en el contexto del desarrollo del mercado de valores.
“En la pandemia hemos eliminado gastos innecesarios, que pueden entrar a las metas financieras con el propósito de contar con ese colchón que sirve para enfrentar emergencias, que llegan sin avisar”, dijo la economista Camacho, quien sugirió aportar parte de los ingresos extraordinarios a los ahorros para afrontar imprevistos.
Por su lado, García explicó que un fondo de emergencia adecuado es el que puede cubrir entre tres y seis meses a las personas que se quedan sin ingresos por desempleo, pero indicó que no existe un estándar fijo para generar ahorro como protección ante situaciones de contingencia.
Las profesionales dijeron que unas finanzas personales sanas deben tener metas reales, medibles y contar con un fondo de emergencia para encarar urgencias como pérdida de empleos, accidentes, enfermedades, situaciones sanitarias y otras.
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