El 12 de marzo de 2012 fue asesinado Claudio Francisco Caamaño Vélez, llenándonos de dolor y dando inicio a un proceso judicial que nos ha hecho sufrir en carne viva la desgraciada realidad de la justicia dominicana.
Los malos aparentemente somos nosotros por pedir justicia. Más de cuatro años teniendo que padecer la incompetencia de las autoridades del sistema de justicia. Más de cuatro años teniendo que ir a verle la cara a los asesinos, y como se ríen, como si hubiesen matado un animal. Más de cuatro años recibiendo insultos del abogado de esos criminales, que delante de los jueces nos acusa como si fuéramos nosotros que hubiésemos cometido un crimen. Tal vez pedir y esperar justicia sea un crimen en nuestro país.
Ver cómo esos asesinos reciben todo tipo de ventajas y privilegios de las autoridades, mientras nosotros tenemos que ir a mendigar que cumplan con su trabajo. Lo más fácil hubiese sido tomar la justicia en nuestras manos, pero si ellos son unas bestias nosotros no vamos a deles el lujo de ponernos a su nivel.
Este lunes 15 de agosto, a las 9:00AM, en la Segunda Sala de la Corte de Apelación del Distrito Nacional tenemos una nueva audiencia. Esperamos contar con el respaldo de nuestra familia y amigos. Si la justicia dominicana funcionara esto no sería necesario, pero la realidad es muy diferente.
Que los asesinos y los que están detrás de ellos sepan que no estamos solos. Que los administradores de la justicia sientan el compromiso, no de darnos la razón, de hacer su trabajo, de que se haga justicia.
Cuando dejamos que un crimen quede impune toda sociedad sufre las consecuencias. No permitamos que la maldad se imponga.
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