RedacciónCon frecuencia nos dejamos llevar por la diversión que nos ofrecen nuestras paradisíacas playas y constantemente olvidamos los daños, las consecuencias que puede traer la exposición repetitiva al sol para el órgano más grande de nuestro cuerpo, la piel.Aparte del reglamentario protector solar, después del mar y las olas asegúrate de consumir las vitaminas A y D, las cuales combinadas con una buena hidratación te ayudarán a recuperarte más rápido en caso de quemaduras por largos períodos bajo el sol.
Puedes encontrar estas vitaminas en alimentos tales como: productos lácteos, la yema del huevo, aceite de hígado de pescado, aceites vegetales (soja, cacahuate, nueces, algodón, arroz, coco), en vegetales de hojas verdes y cereales y panes integrales.
La ingestión de vitamina A nos evita la destrucción anormal de glóbulos rojos, la formación de moléculas tóxicas, trastornos oculares, anemia y ataques cardíacos. La vitamina D interviene directamente en la absorción de calcio y fósforo en el intestino.
Tips de Salud:
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La vitamina A puede encontrarse bajo diversas formas y denominaciones, como beta-caroteno, ácido retinoico, retinol, retinol palmitato, carotenoides e isotretinoina. Esta vitamina cumple un papel fundamental para nuestro cuerpo, pues interviene en la formación de huesos fuertes, y en el crecimiento normal de las personas. Incluso, aquellos hombres o mujeres que sufran de una deficiencia de este tipo de vitamina, podrían llegar a tener problemas de fertilidad.
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La vitamina A puede ser también encontrada en una gran cantidad de alimentos, entre los que se cuentan los pescados, el hígado vacuno, y los huevos.
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La vitamina D es el único nutriente que podemos formar en la piel por efecto de los rayos solares sin la necesidad de ser absorbida.
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Demasiada vitamina D puede ocasionar un efecto no deseado al extraer el calcio de los huesos y depositarlo en el corazón o los pulmones, reduciendo así su función.
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Estas vitaminas, generalmente se encuentran juntas.
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