Cubano desertó del ejército ruso clama ayuda en Grecia

ATENAS.-Francisco García Ariz pasa los días en un centro de detención de migrantes en Grecia, sin papeles y sin hablar el idioma. Llegó al país heleno en noviembre de 2024, después de abandonar el ejército ruso que combate en Ucrania.

La vinculación de Francisco con las tropas de Putin empezó en julio de 2023. Por esos días, viajó de su natal Villa Clara hasta el aeropuerto de Varadero y de allí tomó un avión a Moscú: había sido reclutado para pelear en la guerra.

Francisco contó que la oferta para combatir por Rusia se regó como la pólvora entre varios jóvenes santaclareños. Su viaje a Rusia fue pagado por mujeres que muchos de los cubanos enlistados en la guerra conocen bien: Elena Shuvalova y Dayana Díaz.

Tanto Elena como Dayana son las caras más visibles de una red de reclutamiento que captó a decenas de cubanos para ir a luchar por Moscú. Después de llegar a Rusia, varios de los soldados denunciaron que fueron abandonados a su suerte y estafados por las reclutadoras.

Francisco está entre quienes fueron engañados. Aseguró que le deben varios pagos por su servicio como soldado y que fue llevado con mentiras a la guerra. Como muchos otros de sus compañeros, afirmó que las autoridades militares rusas le dieron un contrato sin traducir y que Elena y Dayana le dijeron que no iría a combatir en primera línea. Pero no fue así.

Veterano de escaramuzas en Lugansk y Soledar, Francisco dice: «No soy un sicario», dijo para explicar por qué abandonó las fuerzas armadas de la Federación rusa.

Francisco peleó y sobrevivió durante más de un año en un enfrentamiento que ha cobrado más de 1 millón de vidas. Tenía un objetivo claro: traer a su pareja de Cuba y escapar de Rusia con ella. Su pareja llegó en octubre de 2024. Por esas fechas, él pidió vacaciones y huyó con ella.

De acuerdo con algunos de los anuncios publicados por Elena y Dayana en redes sociales en 2023 (ya borrados), los soldados cubanos tendrían vacaciones cada seis meses y derecho a la ciudadanía rusa después de un año. Al parecer, Francisco obtuvo lo primero, pero no lo segundo. A pesar de combatir por los invasores, no le dieron la nacionalidad prometida. «Tengo medallas, me jugué la vida. Incluso me hirieron en combate y no recibí la compensación estipulada», espetó.

Muchos cubanos están en igual situación. A otros, en cambio, le han dado la ciudadanía luego de un mes de llegar a Rusia. Es probable que esos beneficiados hayan sido reclutados por otras personas. Los soldados de Riazán (donde estuvo destinado Francisco) reportaron abusos y arbitrariedad de las reclutadoras y de los militares rusos.

Después de tomar vacaciones, Francisco compró un billete de avión con varias paradas. Él y su pareja viajaron de Bielorrusia a Azerbaiyán, después a Kazajistán, luego a Emiratos Árabes Unidos; de ahí a Egipto y terminaron en Grecia, uno de los países limítrofes dentro de la Unión Europea. Una travesía de siete países con escalas cortas en cada terminal.

En el aeropuerto griego pidieron asilo político. Los llevaron a un centro de detención de migrantes. La ubicación en Google que Francisco mostró un lugar llamado «Centro de Detención Amygdaleza», cerca de Acarnas, en el Área Metropolitana de Atenas.

Francisco denunció que las condiciones del centro son difíciles, al menos en la sección donde él está detenido. Poca higiene, alimentación insuficiente, incomunicación. «No tengo un cambio de ropa, estoy enfermo de la piel y no puedo hablar con los guardias, pues no entienden español». El resto de sus compañeros de detención son mayoritariamente egipcios. Según otros testimonios, en otras secciones las condiciones son mejores.

Francisco fue llevado dos veces a la Corte para defender su caso de asilo. Según el cubano, en ambas ocasiones la vista de su juicio se suspendió porque ninguna de las autoridades en la sala hablaba español. Relató que habló con un abogado para que lo ayudara en el caso, pero que hasta el momento el letrado no lo ha contactado.

¿Qué podría pasar con Francisco?

El Gobierno griego abrió el centro de Amygdaleza en 2012. La institución tiene capacidad para más de 1 000 personas, aunque se desconoce cuántas hay en la actualidad. Los detenidos viven en casas-contenedores y están divididos por sexo biológico en cubículos con capacidad para cuatro o cinco individuos. Una reja de varios metros de altura separa el edificio del exterior.

La prensa helena reportó anteriormente sobre las duras condiciones en Amygdaleza. En abril de 2013, 700 detenidos iniciaron una huelga de hambre y algunos intentaron suicidarse. En agosto de ese año, varios internos escaparon del lugar, pero fueron capturados más tarde.

Son comunes las denuncias por violación de derechos humanos de migrantes en Grecia. Organizaciones internacionales afirmaron en octubre de 2024 que a varios de los menores de edad retenidos en centros de esa nación no se les asignó un guardián legal, como garantiza la legislación europea. La no asignación de un tutor impide a los menores realizar trámites básicos.

En julio de 2024, Amnistía Internacional (AI) publicó un reporte de las violaciones del debido proceso de los refugiados. AI pidió cuentas a la comunidad europea y exigió que Grecia tomara responsabilidad en el asunto, en correspondencia con el Pacto de Asilo y Migración vigente. Algunos de los centros de detención griegos están financiados por fondos europeos.

La Unión Europea (UE) reconoce la Convención de Ginebra de 1951 que protege a personas en riesgo que buscan asilo político. El derecho al asilo y a la protección subsidiaria ―una categoría similar, aunque distinta― están refrendados en la artículo 18 y el artículo 19 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE. El asilo político usualmente se les concede a personas en peligro de ser torturadas, desaparecidas, encarceladas, acosadas, discriminadas o sometidas a tratos degradantes en el país del que huyen. Al abandonar el ejército ruso, en teoría, Francisco cumpliría con los requisitos necesarios para la protección.

Según el Sistema Europeo Común de Asilo (SECA), las solicitudes de protección en puertos fronterizos deberían examinarse en un máximo de 12 semanas. Los solicitantes tienen derecho a asistencia jurídica gratuita y a atención sanitaria. El SECA establece condiciones de acogida mínimas en los centros, requisito que no siempre se cumple.

La UE también reconoce el principio de no devolución (la obligación que tienen los Estados miembros de no expulsar o devolver a una persona a territorios donde podría ser perseguida, aunque sea un migrante en situación irregular). El principio de no devolución implica la obligación de procesos de asilo justos y eficientes.

Aunque Francisco no es nacional de Rusia, podría enfrentar problemas legales si es devuelto a ese país. Soldados rusos acusados de «abandono de la unidad» y «deserción» podrían ser castigados con hasta 15 años de cárcel.

Los militares nacidos en Rusia no tienen muchas opciones para escapar. La mayoría no dispone de un pasaporte clásico porque, para obtenerlo, necesitan el aval de sus superiores y de los servicios de inteligencia. Los destinos más usuales para huir son Kazajistán y Bielorrusia, países que no exigen pasaporte, pero que están dentro de la esfera de influencia de Putin.

 

Las mejores opciones para soldados como Francisco parecen estar en Francia, que fue el primer país europeo en aceptar a militares rusos sin pasaporte en aeropuertos. Desde julio de 2023, la Corte Nacional de Derecho de Asilo francés ―el Tribunal de apelación para los refugiados― considera que «los rusos huyendo de la movilización por la guerra en Ucrania y los movilizados que han desertado pueden obtener el estatuto de refugiado». Hasta junio de 2024, 102 rusos han recibido la protección debido a «su insumisión a la movilización parcial» o a la objeción de conciencia, pero ninguno de ellos era desertor.

La asociación alemana Pro Asyl estimó que desde el inicio de la guerra y hasta septiembre de 2023, al menos 250 000 personas sujetas al servicio militar abandonaron Rusia y buscaron refugio en otros países. También hay reportes de desertores que han llegado a un acuerdo con las tropas ucranianas a cambio de una nueva identidad y relocalización en un tercer país.

Por otro lado, no está muy claro que pasaría si Francisco es devuelto a Cuba. En la isla, el delito de mercenarismo se castiga severamente con penas que van desde los 30 años de prisión hasta la muerte. En septiembre de 2023, las autoridades cubanas emitieron un programa de propaganda en el que anunciaron mano dura contra los involucrados en una red de tráfico de personas que llevaba a los cubanos a Rusia. Pero no fueron claros sobre qué les sucedería a quienes se alistaron para combatir.

Más de un año después, el régimen no ha informado sobre el destino de los traficantes de la red. Las llegadas de cubanos a Rusia continuaron después del programa oficialista.

Francisco ha pedido ayuda a varias organizaciones y medios de prensa. Su esperanza es que su caso haga el ruido suficiente y sea escuchado por personas con el poder para asistirlo. «Necesitamos que alguien venga a vernos. Cambiar la ropa, comprar cosas en el mercado, un refresco, cualquier cosa».

El Motín

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