Por Avril Benoît, directora ejecutiva de MSF EE. UU. :
«Como organización médico-humanitaria que trabaja en muchas de las mismas zonas de crisis que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y sus organizaciones asociadas, sabemos que la repentina pausa en la asistencia humanitaria y sanitaria y el rápido desmantelamiento de componentes críticos del sistema de ayuda humanitaria apoyado por el gobierno estadounidense causarán un desastre humanitario sin paliativos que afectará a millones de las personas más vulnerables del mundo.
Estamos hablando de innumerables personas refugiadas y personas desplazadas, de niños y niñas amenazados por la malaria y de personas que necesitan tratamiento contra el VIH y la tuberculosis, cuya atención corre el riesgo de interrumpirse. Ya tenemos noticias de organizaciones locales que han cerrado sus puertas y no saben cuándo podrán reabrir o si lo harán.
Los últimos informes llegan después de dos semanas en las que los socios han tratado de hacer frente a cambios radicales que ponen en peligro la prestación de servicios de salud.
Los últimos informes llegan tras dos semanas en las que los socios han intentado hacer frente a cambios radicales que ponen en peligro la prestación de ayuda humanitaria y sanitaria a quienes más la necesitan en todo el mundo. La actual exención humanitaria es insuficiente y debe ampliarse para cubrir todos los programas sanitarios y humanitarios necesarios.
Instamos al gobierno de Estados Unidos a reanudar inmediatamente la financiación de la ayuda humanitaria y sanitaria crítica, ya sea anulando las órdenes pertinentes que congelan la financiación o ampliando la estrecha exención humanitaria actual para cubrir todos los programas sanitarios y humanitarios necesarios.
La interrupción generalizada de la ayuda exterior, junto con las limitaciones y la falta de claridad en torno a las exenciones humanitarias, ya ha provocado la pérdida de ayuda humanitaria médica vital y ha tenido efectos perjudiciales en las comunidades de pacientes. En la última semana, nuestros equipos médicos han sido testigos de la confusión generada por el cierre, sin previo aviso, de clínicas y otros servicios críticos anteriormente apoyados por USAID.
MSF no aceptamos financiación del gobierno estadounidense y nuestros programas no se verán directamente afectados. Sin embargo, el enorme papel que desempeña el gobierno de Estados Unidos en la financiación de la ayuda internacional no puede ser cubierto rápidamente por otros.
Instamos al gobierno estadounidense a detener el sistema de exenciones ad hoc y permitir que toda la ayuda médico-humanitaria continúe mientras la administración revisa sus prioridades de ayuda exterior».
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