RedacciónEste sábado en el AT&T Stadium de la ciudad de Dallas, el británico Liam Smith (24-0 con 13 nocauts) defenderá su corona súper welter de la OMB ante el mexicano Saúl Canelo Álvarez (47-1-1- con 33 nocauts). Para Smith será la primera vez que pelea fuera de su país. Para Canelo significa el regreso a las 154 libras tras renunciar a su título mediano CMB para no enfrentar a Gennady Golovkin. La batalla ante el británico, sin duda, busca reestablecer su imagen y regresarlo a los primeros planos gracias a esa diadema. Pero, ¿podemos dar como garantizada la victoria del tapatío? No es fácil ser contundentes en la respuesta. El mexicano es favorito, tiene mejor pegada y debería ganar por KO. Pero las cosas, no serán tan fáciles como se presume.
El duelo de Smith vs. Canelo será un choque de poder y estrategias, que se definirá en un corto espacio. Son dos rivales agresivos pero también especuladores sobra la forma de utilizar esa agresividad. Especialmente el británico que suele racionar su artillería, trabajando sobre seguro. El boxeo de Smith, en realidad, dispone de pocas herramientas pero las utiliza con buen criterio y efectividad. Su plan habitual no tiene misterios. Una guardia hermética, presión constante sobre el oponente y golpeo metódico mediante una combinación clásica de dos golpes o por sorpresa utilizando la velocidad, especialmente con la mano izquierda.
No creo que Canelo Álvarez salga temprano a poner presión tratando de terminar rápidamente la pelea por la vía del KO. El estilo de Smith le condicionará el plan de pelea al menos en los primeros asaltos. El bloqueo eficaz de Smith le obligará a buscar lastimar con golpes de poder a la zona media, algo que también le obligara a abrir la guardia a su oponente. Los golpes por arriba morirán en los brazos del británico, por ello es un hecho que no insistirá el tapatío por ese lado. Con ello evitara fatigarse y al mismo tiempo le cederá la iniciativa a Smith para buscar cvazarlo de contragolpe.
Imagino al mexicano apelando a la doble marcha, es decir, retroceso breve en la misma línea o retroceso hacia laterales tal como muy bien lo puso en práctica ante Shane Mosley. Esas dos opciones le permitirán cerrarse bien y devolver metralla mediante el contragolpeo con las dos manos. Al menos, hasta que pueda realizar ajustes acordes al estilo del rival, Canelo deberá trabajar de esa manera.
No hay dudas de que cada uno respetara la pegada del otro al inicio y veremos muchas precauciones, con un ritmo atípico para dos hombres que se precian de ir al frente en todas sus batallas. En el caso de Liam Smith, él es una suerte de francotirador que siempre espera el momento adecuado para soltar sus combinaciones largas apelando a su mejor distancia con mucho criterio.
El británico, como buen fajador, parece tener buena asimilación, aunque nunca enfrentó a un rival con el poder comprobado de Canelo. A esto último sumemos los posibles nervios, la influencia de una fanaticada en las tribunas mayormente mexicana y la influencia que todo ello ejerza sobre el desempeño de los jueces en las tarjetas, en caso la pelea llegue a los 12 rounds.
Y si existe la incógnita previa sobre si los nervios serán un factor negativo o positivo para el desempeño del campeón británico, lo mismo sucede con Canelo Álvarez. El hecho de estelarizar en una fecha emblemática, la obligación de ganar con autoridad, el favoritismo absoluto en lo previo y la necesidad de borrar la triste imagen dejada con su decisión de no enfrentar a Golovkin, le pondrán un pesado lastre al control mental del mexicano. Que ello sea positivo o negativo solo lo sabremos durante el combate.
Para Liam Smith esta será la tercera defensa de su título. Él ganó el título vacante de la OMB 154 libras cuando noqueó en el 7mo. Asalto al estadounidense John Thompson en octubre de 2015. Desde entonces, ha defendido su título dos veces, contra Jimmy Kelly y ante Predrag Radosevic al que venció también por nocaut.
Álvarez deberá llegar la balanza al límite de las 154 libras por primera vez desde 2013, cuando cayó ante Floyd Mayweather, pero es posible que esta sea su última batalla dentro de esta categoría a donde cada día aumentan los indicios de que tendría problemas para dar el peso reglamentario. Los rumores son de que luego de Smith, el mexicano volvería a pelear en diciembre en México o Nueva York y definitivamente se establecería en el peso mediano. Entre sus rivales potenciales se ha señalado al ganador de la pelea de este sábado entre Willie Monroe y Gabriel Rosado o el monarca OMB de las 160 libras y también británico, Billy Joe Saunders.
Este sábado, seguramente, no veremos un combate explosivo pero que de todas formas será muy entretenido. Un combate donde el papel de las esquinas puede ser esencial ya que inevitablemente el desarrollo del pleito pasa tanto por el boxeo agresivo como por el boxeo táctico. No dudo que Smith marcará el ritmo inicial tratando de confundir a Canelo y tratando de colocar sus combinaciones por los huecos que suele el tapatío ofrecer en su discreta guardia.
Consciente de los problemas defensivos que le pueden causar algún susto, Canelo no arriesgará y esperará buscando colocar algún golpe de poder de contragolpe. El mexicano sabe que tiene mejor pegada y tratará de explotarlo. Sin embargo, es posible que su energía sea dosificada en función de los problemas que haya padecido para dar el peso reglamentario. Ese puede ser un factor de desequilibrio en la pelea, así como el peso en el que ambos suban al ring en la noche del sábado.
Presumo que será una pelea pareja, de dominio alternado, que llegará a la distancia y con una decisión cerrada. Por el peso de la localía, la influencia de los jueces y tal vez, los mejores golpes de poder colocados Saúl Canelo Álvarez ganaría por decisión dividida. Tengo mis dudas de que haya un desenlace abrupto debido a un KO, no obstante tampoco sería una sorpresa. Los dos tienen buena pegada y asimilación, aunque en este rubro Canelo dispone de una mejor capacidad para liquidar la historia con un solo golpe.
La pelea será entretenida, aunque más que ello, el valor de la misma pasa más por lo que suceda después con el tapatío. Lo que podría complicar al negocio montado a su alrededor una eventual derrota, el rival que enfrentará en diciembre en caso de una victoria y en qué lugar quedará el reclamo de los fanáticos para que vaya de una buena vez contra Gennady Golovkin. El sábado en Dallas empezaremos a saberlo.
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