En los barrios de la zona norte del Distrito Nacional los servicios de provisión de agua potable y el tratamiento y destino de las aguas residuales constituyen aspectos críticos, especialmente en un contexto de crecimiento poblacional e incremento del porcentaje de población residente en áreas urbanas, por lo que ameritan atención especial, siendo los ubicados en la ribera del río Ozama los que presentan mayor vulnerabilidad.
Esta consideración forma parte de las conclusiones del Diagnóstico de Infraestructura de Agua y Saneamiento en Barrios de la Zona Norte del Distrito Nacional, orientado a la definición de políticas territoriales de reducción de la vulnerabilidad frente al cambio climático, de resiliencia y adaptación al mismo, llevado a cabo por el Centro de Cambio Climático del Instituto Dominicano de Desarrollo Integral (IDDI).
El estudio fue realizado en catorce sectores de la zona denominada Circunscripción 3, donde La Zurza, Ensanche Capotillo, Simón Bolívar, Gualey y Domingo Savio, presentan los más altos niveles de vulnerabilidad.
El documento plantea que los resultados obtenidos evidencian que el cambio climático representa una presión que se suma a elementos de sensibilidad que desde ya hacen vulnerable el sistema de agua y saneamiento.
“Los elementos de criticidad están asociados a la calidad del servicio: la discontinuidad obliga a la población a tener tanques de almacenamiento que facilitan su contaminación y favorecen focos de cría de mosquitos, incrementando en la zona el riesgo de enfermedades tales como dengue y chikungunya, transmitidas por este vector. Mayores problemas presentan las aguas residuales, que en la mayor parte de los casos no son tratadas y son vertidas directamente a los cuerpos hídricos, superficiales o subterráneos”, se plantea.
El estudio dedica un apartado a la identificación de medidas de adaptación a condiciones climáticas diferentes y cambiantes, entre las que señala la protección de los recursos hídricos, el aprovechamiento de las aguas de lluvia, el tratamiento local de las aguas residuales en lugar de un tratamiento único antes de la descarga a los cuerpos hídricos receptores, y procurar enfoques alternativos para el manejo de las aguas de lluvia.
También propone fomentar un espacio de coordinación entre las instituciones con competencia en los temas, a saber la Corporación del Acueducto y Alcantarillados de Santo Domingo (Caasd), el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones y el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN), así como el desarrollo de estrategias basadas en la gestión de la demanda y la revisión de los marcos institucionales y legales que faciliten la aplicación de medidas de adaptación.
Otras propuestas en el ámbito de la adaptación contempladas en el diagnóstico son el desarrollo de opciones inocuas y poco costosas que no impliquen necesariamente soluciones convencionales, la participación pública en la planificación hídrica y la mejora del sistema de información y monitoreo, y el desarrollo de planes de ordenamiento territorial.
Finalmente se señala la desalinización como medida última, especialmente cuando haya escasez de otros recursos hídricos: “Tomando en cuenta la abundancia de recursos hídricos con que cuenta el país, la opción de desalinización debe ser precedida por medidas de mejora de la captación, reducción de las pérdidas, aprovechamiento de la lluvia y de los recursos hídricos subterráneos, previa evaluación de su calidad”.
Agregar comentario