La semana pasada, dos cables submarinos de comunicación por fibra óptica fueron seccionados en Europa. El primer cable cortado conecta Finlandia con Europa, mientras que el segundo une la isla de Gotland a Lituania. Estos dos cables fueron cortados con pocas horas de diferencia. Parecía muy poco plausible que se tratara de una serie de accidentes…
Las autoridades europeas abrieron rápidamente una investigación para intentar comprender lo que realmente ocurrió. Después de algunos días de indagaciones, las autoridades finlandesas y alemanas rastrearon un barco de origen chino, el Yi Peng 3. Con 225 metros de longitud, el barco, cargado de fertilizante procedente de Rusia, fue rodeado por buques de guerra de la OTAN en aguas internacionales en el marco de la investigación.
Como explica el Wall Street Journal, la investigación sugiere que el Yi Peng 3 dejó su ancla arrastrarse en el fondo del mar Báltico durante más de 160 km. Fue esta ancla la que seccionó los dos cables, sobre los cuales depende el tráfico de Internet.
Según los datos satelitales consultados por los investigadores, el barco se movió con una lentitud anormal debido al ancla. Es muy poco probable que el capitán del barco no se diera cuenta del problema. Además, las autoridades descubrieron que el transpondedor del barco fue puesto en pausa mientras el ancla se arrastraba en el fondo del mar. Esta precaución probablemente tenía como objetivo evitar alertar a otros barcos cercanos durante la maniobra. Por otro lado, un examen del ancla y del casco mostró daños compatibles con la teoría de los investigadores.
«Es extremadamente poco probable que el capitán no haya notado que su barco cayó y arrastró su ancla, perdiendo velocidad durante horas y cortando cables en el camino», explica uno de los investigadores al Wall Street Journal.
Según los investigadores, el capitán del Yi Peng 3 arrojó intencionadamente el ancla antes de continuar su ruta. A juicio de los investigadores, el gobierno chino no está en absoluto implicado en la operación. Los investigadores favorecen más bien la pista de un intento de desestabilización llevado a cabo por Rusia. Los servicios de inteligencia rusos habrían convencido de alguna manera al capitán para que llevara a cabo una operación de sabotaje.
Este asunto ocurre unas semanas después de que Estados Unidos indicara haber detectado una actividad militar rusa incrementada alrededor de cables submarinos clave. Dos funcionarios estadounidenses expresaron estar «preocupados por el aumento de la actividad naval rusa en el mundo». Según ellos, Rusia es cada vez más propensa a realizar operaciones de sabotaje contra los cables submarinos. Se trata de una «columna vertebral esencial del tráfico de Internet y las telecomunicaciones en todo el mundo».
Rusia desmiente
Moscú ha negado firmemente las acusaciones formuladas por los investigadores, asegurando que son «infundadas» y «absurdas». Cabe señalar que la investigación sigue en curso. Las autoridades suecas y alemanas están negociando actualmente con el propietario chino para acceder al barco y a su tripulación con el fin de llevar a cabo interrogatorios.
Agregar comentario