Un tribunal del Reino Unido ha condenado a tres ciudadanos búlgaros por espionaje para Rusia en lo que se considera una de las mayores operaciones de inteligencia extranjera descubiertas en el país. Durante el juicio, se reveló que la red de espías planeó asesinar al periodista búlgaro Christo Grozev y a su colega ruso Roman Dobrokhotov utilizando métodos extremos, incluyendo un atentado suicida y un secuestro con destino a un campo de tortura en Siria.
Los periodistas afectados, conocidos por sus investigaciones sobre las operaciones encubiertas de Moscú, afirmaron que agentes rusos los han seguido en distintos países de Europa desde 2020. Según Grozev, uno de los planes para asesinarlo consistía en contratar a un terrorista suicida del Estado Islámico (ISIS) para detonar una bomba cerca de él en la calle. Otro método propuesto involucraba secuestrarlo y trasladarlo a Siria, mientras que un impostor con una máscara de látex que imitara su rostro viajaría a Rusia para ser arrestado ante las cámaras.

“Sus planes eran terribles, no sólo la vigilancia, sino también el secuestro para llevarme a Moscú”, declaró Grozev. “Planeaban una muerte horrible con métodos más allá de cualquier imaginación”.
Los periodistas han estado en la mira del Kremlin desde que expusieron la implicación de Rusia en ataques con agentes nerviosos, como el envenenamiento del disidente Alexei Navalny en 2020 y el intento de asesinato del ex espía Sergei Skripal en Salisbury en 2018.
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