RedacciónAunque causó sorpresa, la designación de Andrés Navarro fue una de las más certeras decisiones que el presidente Danilo Medina, no sólo por tratarse de un educador innato, sino por su preparación, visión y comprensión de las necesidades del sector educación.
Ninguna nación ha logrado desarrollarse y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos si los principales indicadores educativos son bajos. (No debemos confundir los conceptos crecimiento de la economía y desarrollo social).
De acuerdo al informe sobre Competitividad Global 2016 (disponible en la página del Consejo Nacional de Competitividad) la República Dominicana mejoró en 3.7 por ciento en el pilar Capacitación y Educación, con excepción del nivel de preparación docente, que según los resultados de la encuesta disminuyó en 3 por ciento.
En una exposición durante el recién celebrado Congreso sobre Calidad de la Educación en el país, Julián De Zubiria Samper, consultor del PNUD, destaca el aumento de la cobertura en un 5 por ciento, lo que reconoció el representante de la Unesco, Miguel Llivina Lavigne.
El Estado dominicano ha venido dando señales inequívocas de que ha asumido decididamente la tarea de mejorar la educación, afirma EDUCA en un estudio divulgado por la agencia Efe y reseñado por el portal digital Acento en julio de este año. Sin embargo -agrega- estamos mal en matemáticas, ciencias y lectura, aspectos básicos.
Previo a llegar al ministerio de Educación Navarro desarrolló un trabajo magisterial y social importante y poco conocido. Él está muy consciente de los desafíos y la necesidad de una profunda transformación de la educación.
Este proceso de cambio debe priorizar la preparación del personal docente a todos los ámbitos, tomando en cuenta la Normativa para la Formación Docente de Calidad en la República Dominicana y nuestra realidad socio-económica. En excelentes manos está el pandero.
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