BEIRUT, LÍBANO.— Amnistía Internacional acusó el miércoles a Rusia de utilizar municiones de racimo y bombas no teledirigidas sobre áreas civiles en Siria en ataques que dice han dejado cientos de muertos en los últimos meses.
El informe de ese organismo defensor de los derechos humanos indica que ha habido un aumento en los reportes de municiones de racimo que son arrojadas en áreas atacadas por las fuerzas rusas desde que Moscú se unió formalmente al conflicto el 30 de septiembre.
Por naturaleza, las municiones de racimo no discriminan y con frecuencia dejan pequeñas bombas sin estallar sobre el terreno. Éstas pueden mutilar y matar a civiles mucho después de que las hostilidades hayan cesado.
El informe se enfoca en seis ataques sobre las provincias de Homs, Idlib y Alepo entre septiembre y noviembre, en los que dice murieron al menos 200 civiles. Y critica el «vergonzoso» hecho de que Rusia no reconozca las muertes de civiles.
«Algunos ataques aéreos rusos parecen haber agredido directamente a civiles u objetos civiles al azotar áreas residenciales sin un blanco militar evidente e incluso instalaciones médicas, lo que resultó en fallecimientos y lesiones de civiles», dijo Philip Luther, director del programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el norte de África. «Ese tipo de ataques podrían representar crímenes de guerra».
Las acusaciones fueron emitidas después de un informe de Human Rights Watch difundido la semana pasada, el cual afirma que se utilizaron municiones de racimo al menos 20 veces desde que Siria y Rusia comenzaron su ofensiva conjunta el 30 de septiembre
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