El presidente cubano Raúl Castro cerró este domingo una cumbre del ALBA que condenó «enérgicamente» las sanciones de Estados Unidos a Venezuela, en el décimo aniversario de este bloque creado por Hugo Chávez y Fidel Castro.
Los 11 gobernantes de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) acordaron «condenar enérgicamente la aprobación por el Congreso de Estados Unidos de sanciones contra la República Bolivariana de Venezuela», en una declaración leída por el presidente venezolano Nicolás Maduro.
Los líderes del bloque de países con gobiernos de izquierda también apoyaron los esfuerzos del gobierno de Maduro «para preservar el inmenso legado del comandante Hugo Chávez» y sus acciones para «resguardar la paz y enfrentar los esfuerzos desestabilizadores».
Además, el ALBA «reclamó una vez más al gobierno de Estados Unidos un cambio de políticas hacia la hermana República de Cuba», que contemple el «fin inmediato del bloqueo» económico vigente desde hace medio siglo y sacar a la isla de «la espuria y arbitraria lista de países que patrocinan el terrorismo internacional».
Washington aprobó el miércoles sanciones a altos funcionarios venezolanos a los que acusa de violar los derechos humanos en las manifestaciones opositoras de inicios de 2014.
Esta XIII cumbre del ALBA -a la que asistieron también el boliviano Evo Morales y el nicaragüense Daniel Ortega- estuvo destinada a celebrar el aniversario del bloque más que a diseñar políticas conjuntas, y se efectuó en el Palacio de la Revolución de La Habana.
Varios participantes, entre ellos Maduro y Ortega, fustigaron al «imperialismo» en este cónclave del bloque creado por el expresidente venezolano Hugo Chávez (fallecido en 2013) y el líder cubano Fidel Castro, que dejó el mando en 2006.
«A partir de las sanciones que han anunciado en contra de la Revolución Bolivariana (…), nosotros tenemos que hacer también listas de estados terroristas y en nuestras listas debería estar el imperio yanqui en primer lugar», propuso Ortega.
– Mensaje de Putin –
El canciller cubano Bruno Rodríguez leyó al plenario un mensaje del presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien felicitó al ALBA y expresó su interés en «continuar ampliando» los lazos con América Latina, en momentos en que su país enfrenta sanciones occidentales por apoyar a los prorrusos en la crisis de Ucrania.
A la cumbre no acudió el mandatario ecuatoriano Rafael Correa, quien envió a su vicepresidente Jorge Glas, pero asistieron dos países que no integran el bloque: El Salvador y Haití.
El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, expresó su «solidaridad» con las revoluciones cubana y venezolana; mientras que el delegado haitiano Leslie David agradeció la ayuda a su empobrecido país, en especial tras el devastador terremoto de 2010.
«Si alguien no ve lo que está haciendo el ALBA en Haití, es porque está ciego», dijo David, quien explicó que no pudo asistir a la cita el presidente haitiano Michel Martelly, debido a «problemas en el país», en alusión a la crisis política que este domingo causó la renuncia del primer ministro, Laurent Lamothe.
El ALBA se precia de haber sido la chispa que propició la creación de otras organizaciones, como la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
También presume de enfocar su acción hacia los más pobres. Uno de sus proyectos insignia es la «Operación milagro», que ha permitido recuperar la vista a 3,4 millones de latinoamericanos, así como el programa «Yo sí puedo», que ha alfabetizado a casi seis millones de personas, según La Habana.
El ALBA nació el 14 de diciembre de 2004, cuando Chávez y Fidel Castro firmaron los documentos de fundación en La Habana, como «forma de integración y unión de América Latina y el Caribe basada en un modelo de desarrollo independiente».
«Entre Fidel y Hugo, una de las mejores obras que nos dejaron es esta ALBA» para «liberarnos de esta dominación» de las potencias occidentales, dijo el boliviano Morales.
No todos los países con gobiernos de izquierda integran el ALBA: Argentina, Brasil, Chile, Perú, Uruguay y El Salvador no son parte del bloque.
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