¿Agua del grifo o embotellada?: qué agua beber y por qué

El mercado del agua embotellada

A pesar de que la mayoría de asociaciones de consumidores desaconsejan comprar agua embotellada (la del grifo es mucho más barata y no genera envases), lo cierto es que su producción y venta no han hecho más que aumentar en España en los últimos años. Para explicar este fenómeno debe tenerse en cuenta la cada vez mayor preocupación de la sociedad por adoptar «hábitos de vida saludables», aunque los estudios demuestran que el agua al que la mayoría de los españoles tiene acceso es de muy buena calidad.

Ventajas del agua embotellada

Otros motivos son, según los ciudadanos, las ventajas prácticas que presenta el agua embotellada en ciertos contextos: a la hora de hacer deporte, durante un viaje… También el turismo ha ayudado a fortalecer esta tendencia. España es actualmente el tercer país europeo en consumo de agua envasada, tras Alemania e Italia.

El agua del grifo para cocinar

Cocer pasta o arroz, preparar té, sopas, biberones… No hay motivo para no utilizar el agua del grifo en ninguno de estos casos, pero si lo hacemos deberemos optar por el agua fría. ¿Por qué? La temperatura a la que se ven sometidas las tuberías de agua caliente hace que se degraden más rápidamente y puedan liberar partículas de metal en la corriente de agua que posteriormente consumimos.

La calidad del agua del grifo en otros países

Son muchos los factores de los que depende la calidad del agua del grifo, por lo que ésta variará entre un país y otro e incluso entre diferentes ciudades. En Francia, por ejemplo, existe un 26% de la población que declara estar insatisfecha con el agua del grifo por su alto contenido en cal, al que atribuyen también un efecto sobre el sabor.

La calidad del agua del grifo en España

El agua corriente está sometida a una estricta legislación por parte de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, que examina de manera exhaustiva su contenido en minerales, microorganismos, microbacterias y radioactividad, siendo probablemente el producto alimenticio que más controles debe pasar hasta considerarse apto para el consumo humano.

Dicho esto, independientemente de las preferencias o necesidades de cada cual, lo más importante es que siempre bebamos al menos de 1,5 litros de agua diarios.