Adam Silver: «No estoy a favor, solo soy realista»

Por David Purdum

EL MOMENTO MÁS TERRIBLE de historia de la NBA se puede reducir a un solo instante, a una sola frase. «Puedo asegurarles que esta es la situación más grave a la que me he tenido que enfrentar como fan de la NBA, abogado de la NBA o comisionado de la NBA». Este fue el lamento del entonces comisionado David Stern durante una rueda de prensa celebrada el 24 de julio de 2007, en la que se anunció que el árbitro Tim Donaghy estaba bajo investigación federal por posibles apuestas en partidos.

El caso de Donaghy se convirtió en el escándalo de apuestas más desagradable en el deporte profesional de los Estados Unidos desde la expulsión de Pete Rose del béisbol en 1989 y, quizá, desde que los Medias Negras arreglaran la Serie Mundial de 1919. En aquel momento sombrío, la NBA pudo haberse refugiado en una esquina y esperar el amanecer. Pudo haber seguido tratando a las apuestas deportivas como el enemigo que, desde siempre, ha amenazado la estructura misma del deporte. Y lo hizo en público. En el 2007, una carta firmada por todos los consejeros generales de las principales ligas deportivas y la Asociación Nacional Atlética Colegial (NCAA), incluyendo al vicepresidente de la NBA, Rick Buchanan, indicaba: «Los daños provocados por la aceptación gubernamental de las apuestas deportivas sobrepasan ampliamente los supuestos beneficios».

No obstante, en privado, la liga observaba muy de cerca cómo el mercado de las Vegas y los sitios legales de juegos diarios de deportes de fantasía crecían de forma exponencial. Presenció cómo todo ese interés y las acciones de los sitios ilegales de apuestas deportivas en el exterior alimentaban la pasión de los fans de la NBA, y se percató de que necesitaba participar en el asunto, para vigilar y monetizar mejor aquellas pasiones en expansión. Estudió, investigó y planeó a puertas cerradas antes de dar el primer paso. Y cuando lo hizo, no fue sutil.

La opinión de la NBA en torno a la legalización de las apuestas fue publicada el 13 de noviembre de 2014, en un artículo del The New York Times escrito por el nuevo comisionado, Adam Silver: nde se pueden controlar y regular de forma adecuada.

EL DEPORTE ES UNA competencia constante entre dos fuerzas: la tradición y la innovación. Por un lado, están aquellos que dicen que esa es la forma en que siempre se han hecho las cosas y, por el otro, están aquellos que hacen un llamado al cambio y a la adaptación. Un hombre calvo de 52 años de edad con lentes y traje oscuro conservador no luce como un agente de cambio, especialmente con la música soul de la década de los 70 que se escucha en el fondo del set de la reciente sesión fotográfica para The Mag. Pero Adam Silver ha demostrado lo contrario. Solo 88 días después de que asumiera el cargo de comisionado de la NBA, el 29 de abril del 2014, Silver expulsó al dueño de los Clippers, Donald Sterling, en una declaración de cuatro minutos en la televisión estadounidense, en la que demostró su buena voluntad para actuar a la vista de todos.

Nueve meses más tarde, en una fría tarde de enero, en el piso 19 del edificio de la sede de la liga en Manhattan, con la canción «You Sexy Thing» de Hot Chocolate en el fondo, Silver se relaja y bromea, mientras se prepara para tomarse la foto para la portada. Está relajado, pero no desprevenido. «Una de mis preocupaciones es que me presenten como si estuviera a favor de las apuestas deportivas», dijo. «Me considero a favor de la transparencia. Y una persona realista en este negocio. La mejor manera para que la liga vigile nuestra integridad es que las apuestas pasen a organizaciones de apuestas legales, donde se puedan controlar. Ese el enfoque pragmático».

En muchos sentidos, la evolución de Silver como realista de las apuestas comenzó en el 2006, después de que tomó el control de las operaciones internacionales de la liga como comisionado adjunto. Pasó tiempo fuera de los Estados Unidos desarrollando la marca de la NBA, lo que le permitió analizar desde una perspectiva privilegiada el funcionamiento de las apuestas legales en otros países. «Cuando comenzamos a organizar partidos de exhibición en Europa y China y otras jurisdicciones donde las apuestas deportivas son legales, me llevó a enfocarme más en este tema», dijo Silver. «Después se acercaron a nosotros empresas de apuestas deportivas fuera de los Estados Unidos, donde es legal, para que lleváramos a cabo negocios con ellos. A medida que nos convertimos en una compañía más global, comencé a pensar sobre lo que nuestra política debería de ser».

El tiempo que pasó en el extranjero, coincidió con el escándalo de Donaghy y el descubrimiento de, como Silver dice, «la importancia de tener una forma de controlar la actividad irregular en nuestros juegos». Añadió: «Ninguno de los sistemas existentes captó las apuestas hechas por Donaghy».

Stern comenzó a seguir esta misma línea de pensamiento. En el 2009, cuando se le preguntó si las apuestas deportivas legales serían lo mejor para la NBA, el comisionado de aquel entonces le comentó a Sports Illustrated:»Ha sido una cuestión de la política de la liga responder no a esa pregunta. Pero creo que la política de la liga se formuló en una época en la que las apuestas estaban menos extendidas, incluso las legales».

La proliferación de los casinos y las loterías estatales, la gratificación inmediata del Internet y el auge de los juegos diarios de deportes de fantasía, han provocado que las apuestas se conviertan en parte de la vida diaria de la población general estadounidense. «Asisto a una enorme cantidad de juegos y con frecuencia escucho a los fans hablando del tema», dijo Silver. «Incluso si no están apostando, son plenamente conscientes de la línea de apuesta y de las apuestas por encima/por debajo».

Los fans no eran los únicos hablando de ello. También lo hicieron los políticos. Específicamente, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, quien en el 2012 comenzó a luchar por la legalización de las apuestas deportivas en su estado, cuestionando la Ley de Protección de los Deportes Profesionales y Amateur (PASPA, por sus siglas en inglés) de 1992, la prohibición federal de las apuestas deportivas patrocinadas por el estado. Es entonces cuando Silver comenzó a entender la necesidad de una respuesta. «Mi mayor preocupación», dijo, «es que habrá, en esencia, una mezcolanza de regulaciones controlando las apuestas deportivas que diferirán de un estado a otro, de una jurisdicción a otra, y esto hará que sea cada vez más difícil controlar las apuestas de nuestro propio deporte».

Así que después de que sucediera a Stern en febrero del año pasado, Silver no perdió el tiempo en poner en marcha su estrategia. En marzo, dos abogados de la NBA asistieron a un juicio simulado por un caso de apuestas deportivas a cargo del abogado especialista en derecho del juego, Jeff Ifrah en iGaming North America en el Planet Hollywood, Las Vegas. ¿El título del ejercicio? «Lo más cerca que desearías estar a un juicio por caso de apuestas deportivas procesado a nivel federal». En él, el subprocurador Harris Fischman examinó las principales leyes sobre juegos de azar de los Estados Unidos, incluyendo la PASPA y la Ley de Comunicaciones por Cable (Wire Act), que prohíbe cualquier actividad de apuestas que incluya comunicaciones por cable. Se acusó a «Ginger McKenna» de facilitar apuestas deportivas ilegales. Estuvo representada por Ifrah, mientras que David Deitch, antiguo abogado del Departamento de Justicia, representó al gobierno. Deitch triunfó.

En septiembre, Silver dijo al público presente en la conferencia sobre empresas deportivas de Bloomberg, que era «inevitable» la expansión de las apuestas deportivas legalizadas en los Estados Unidos, porque los estados faltos de liquidez necesitaban ese ingreso.

LLEGÓ ENTONCES el artículo de opinión de Silver. En 516 palabras diagnosticó la situación real de las apuestas deportivas en los Estados Unidos: Las leyes federales y estatales no están evitando que la gente haga apuestas. Miles de millones de dólares se apuestan de forma ilegal en deportes, casi todo por internet. En Inglaterra, las apuestas se pueden realizar en un teléfono inteligente, en quioscos en los estadios o incluso usando el control remoto de televisión. «Teniendo en cuenta estas tendencias nacionales y globales», escribió, «las leyes en apuestas deportivas deberían cambiar. El Congreso deberá adoptar un marco federal que permita a los estados autorizar las apuestas en deportes profesionales, sujetas a estrictos requisitos normativos y salvaguardias tecnológicas».

El momento de la publicación de la columna estaba, desde luego, bien calculado. Una semana después, la NBA debía volver al tribunal como parte de su lucha en curso para evitar que Nueva Jersey legalice las apuestas deportivas. «Sentí la necesidad de explicar por qué había realizado otras declaraciones, con las que reconocía que pensaba que las apuestas deportivas debían legalizarse», dijo Silver. «No obstante, al mismo tiempo, nos oponíamos a la legislación de Nueva Jersey en múltiples acciones judiciales. Necesitaba un foro para aclararlo».

En noviembre de 2011, los votantes de Nueva Jersey aprobaron por abrumadora mayoría un referendo para legalizar las apuestas deportivas estilo Las Vegas en las pistas de carreras y casinos de todo el estado. El cambio tenía sentido para mucha gente en Nueva Jersey, donde el debilitamiento de las industrias del juego y de las carreras estaban provocando tensiones financieras. (Un estudio por Club Cal Neva, compañía de juegos de Nevada, pronosticó ingresos no previstos de $50 millones para los casinos de Atlantic City si las apuestas se legalizaban. Sin embargo, las ligas (la NBA, NFL, NHL y MLB) y la NCAA presentaron una demanda, alegando que el estado estaba violando la PASPA y que la percepción de la integridad de estos deportes podría verse dañada si Nueva Jersey comenzaba a aceptar apuestas legales.

El juez de distrito, Michael Shipp, dictó sentencia a favor de las ligas. Sin embargo, el estado no se rindió. En septiembre del 2014, citando una laguna en el lenguaje del Ministerio de Justicia sobre las violaciones a la PASPA, Christie emitió una directiva de legalización. Una vez más, las ligas demandaron y ganaron. El caso será escuchado por el Tercer Circuito del Tribunal de Apelaciones en la primavera.

Pese todo lo que ha pasado, Silver ha permanecido firme en su postura de que el tema de las apuestas deportivas legales deberá abordarse en primer lugar a nivel federal, no estatal. Pero el momento de la publicación del artículo de opinión le permitió abordar otra aparente hipocresía: Precisamente el día anterior a su publicación, la liga anunció un acuerdo con un exitoso operador de deportes diarios de fantasía llamado FanDuel, que alcanzó cerca de los $621 millones en cuotas de inscripción solo en el año pasado. El acuerdo de la NBA también incluía una participación en el capital de la compañía. «La liga y muchos de nuestros equipos trabajan activamente en el negocio denominado de deportes diarios de fantasía», comentó Silver. «Y, aunque no lo clasificaría como apuesta deportiva, definitivamente está en el mismo espectro que la prohibición o la legalización de las apuestas».

Así que, por lo menos por ahora, Silver parece cómodo siendo el único comisionado estadounidense en funciones en apoyar públicamente la legalización de las apuestas deportivas. Eso no significa que la NBA y él sean los únicos que estén volviendo a examinar su postura. Independientemente del posicionamiento público, todas las ligas están planeando activamente la llegada de una nueva realidad en el ámbito de los juegos. En septiembre de 2012, la NFL organizó un foro en colaboración con otras ligas profesionales, el Comité Olímpico Internacional y la NCAA para discutir mejores prácticas, los recursos para la aplicación de la ley y la industria del juego. En el foro, que no estuvo abierto al público, se incluyeron pláticas con agentes del orden público, organismos reguladores de apuestas, especialistas de adicciones e incluso un ex atleta colegial que cayó en las apuestas deportivas. También ha habido otras, charlas más privadas con consejeros de alto rango de las ligas. En dichas reuniones, según fuentes con conocimiento directo, se formularon planes de contingencia en preparación para el día en el que las apuestas deportivas sean legales fuera de Nevada.

Cuando se le preguntó sobre el apoyo que le están brindando otras ligas, Silver respondió: «He hablado con los comisionados de otras ligas, y dependerá de ellos hacer las declaraciones públicas que deseen sobre el tema. Lo que sí diré es que todos ellos han asignado a gente de sus organizaciones para que estudien el tema detenidamente».

 

Bienvenido Carmona JR

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