Moreno busca purgar su gabinete ante su segundo año de Gobierno

El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, debe analizar la próxima semana la gestión de sus ministros tras haberles pedido la renuncia a todos, de cara a su segundo año de gestión, que comenzará el 24 de mayo.

A poco de cumplir su primer aniversario en el poder, Moreno exigió la renuncia a todos los integrantes de su gabinete para valorar su desempeño y resetear la composición del Ejecutivo.

«El presidente de la República me ha solicitado pedir la renuncia de todos los miembros del gabinete nacional. Esto responde a que el 24 de mayo se cumple un año de gobierno y el presidente de la República quiere evaluar a los ministros y a partir de eso comenzar un nuevo año de gobierno», manifestó el martes el consejero presidencial, Juan Sebastián Roldán, al dar a conocer la decisión.

La medida, de la que el mandatario no ha dado explicaciones públicas, se enmarca en las políticas de revisión del desempeño de altos cargos iniciada en paralelo por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social transitorio (CPCC-t), principal órgano de control social, que está evaluando la gestión de diferentes responsables institucionales.

Ese mandato emana del voto mayoritario de los ecuatorianos en el plebiscito realizado el 4 de febrero, que estipulaba la conformación de ese órgano transitorio y sus funciones de evaluación de las instituciones.

Moreno tomó posesión del cargo en mayo de 2017, sucediendo a Rafael Correa, y a lo largo de los últimos doce meses han sido varios los ministros y altos cargos relevados por diferente motivo.

Los más recientes fueron los titulares de Defensa y Seguridad, por la cuestión coyuntural de la inseguridad en la frontera con Colombia y su gestión del secuestro y asesinato de tres trabajadores de un periódico local.

De momento, se desconoce si el futuro gabinete ecuatoriano estará integrado en su totalidad por caras nuevas o permanecerán algunos de los actuales titulares.

También se ignora si todos los ministros han presentado su dimisión, y sólo se ha informado de la renuncia de la canciller, María Fernanda Espinosa, actual aspirante de Ecuador a encabezar la presidencia de la Asamblea General de la ONU.

Santiago Basabe, profesor de Política Comparada en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en Quito, explicó que en el país andino y salvo contados casos desde 1979, «formalmente los ministros presentan su renuncia por razones de carácter personal», aunque en la gran mayoría de los casos se puede decir que fueron cesados, extremo por tanto difícil de cuantificar.

El hecho de que un mandatario pida a todos sus ministros en bloque que dimita no es algo excepcional en Ecuador y solo en el anterior Ejecutivo de Correa (2007-2017) fue una fórmula utilizada en al menos tres ocasiones, octubre de 2011, febrero de 2014 y noviembre de 2016.

Acerca de las razones detrás de la decisión de Moreno, Basabe rechaza apuntar a que respondan a una «crisis de gobierno» y pronostica que «lo que va a hacer es tomar las renuncias, aceptar las de algunos ministros y mantener a otros en el cargo».

La decisión, sin embargo, pone de relieve la intención de Moreno de realizar cambios dentro del gabinete, presumiblemente en base a nuevas demandas en el seno de la formación oficialista Alianza País, gravemente tocada tras una escisión del grupo correísta.

«Hay una correlación de fuerzas que tiene que ver con (el rifirrafe entre) correístas y morenistas, con el respaldo de algunas bancadas legislativas al presidente Moreno que piden espacios en la toma de decisión en los ministerios. Debe haber presiones políticas y eso se refleja en la asignación de ministerios», consideró Basabe.

Fuentes gubernamentales explicaron a Efe que la decisión de Moreno «refleja una crisis en el gabinete o un preludio de crisis», aunque quitaron hierro al anuncio y prevén que Moreno cambiará a los dos o tres ministros con los que esté más descontento.

En cualquier caso, la alta frecuencia de cambios ministeriales a menos de un año de Gobierno, a la que se sumaron en los últimos meses ceses y nuevos nombramientos por el CPCCS-t, evidencian que en su legislatura Moreno no tiene todos los cabos atados y que se sustenta en un frágil equilibrio de fuerzas.

Redacción

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