Ya siendo parte de la historia del activismo cultural reciente, la 23 Feria del Libro y la Cultura, resalta por haber validado lo virtual como vía accesible, de bajo costo y enorme efectividad para llegar a las audiencias.
La Feria de Libro y la Cultura desarrolló 31 actividades (tertulias, conferencias, paneles, recitales y charlas) y montada en homenaje a dos mujeres: Abigail Mejía y Camila Henríquez Ureña, del 28 de mayo al 7 de junio por un equipo de 33 profesionales y que logró 40, 764 visitas en sus redes y canales de videos. Nunca antes se había dedicado a una dupla de dos mujeres intelectuales. La jornada ha dejado la experiencia de que lo virtual es una forma viable y permanente para el quehacer cultural y la gestión literaria.
La Feria fue marco para oportunos y emotivos homenajes a las obras de Alexis Gómez Rosa y René Rodríguez Soriano, resaltados por quienes estuvieron en su entorno y quienes, sin haberlos conocido, fueron admiradores consecuentes de la obra de ambos, merecedores los dos del Premio Nacional de Literatura.
El valor que tuvo la Feria es que fue montada a contrapelo de ambiente de confinamiento y desafiando las atractivas ofertas el cine que en pantalla de tv ofrecen las plataformas de por pago.
¿Quiénes la montaron?
Uno de los elementos cruciales para que un proyecto cultural tenga éxito, es la calidad de la gente que integra su equipo ejecutivo: Eduardo Selman, Ministro de Cultura, y Ruth Herrera, directora de la Feria, con mención especial a Marino Berigüete (embajador dominicano en Honduras, coordinador también de la conferencia sobre literatura hondureña y el recital de los poetas de ese, el país invitado de honor, evento que logro el mayor número de visitas como aconteciendo reportado en YouTube.
El trabajo de base fue desarrollado por León Félix Batista, director del Festival Internacional de Poesía, y Valentín Amaro, miembro de la Dirección de la Feria del Libro, quienes se destacaron en la coordinación de recitales poéticos y ponencias; José Tejada Gómez, director de comunicaciones del Ministerio de Cultura, Jesús Cisneros, Director de Tecnología Cultural, Alexis Méndez, Director de Audiovisuales, Eduardo David Delgado coordinador de Redes Sociales del MINC y Pamela Núñez de Informática.
Otros talentos que aportaron fueron: Amado Santana, responsable de los diseños de los fondos de pantalla, los carteles y programas virtuales; Máxima Hernández organizó el recital de poesía amorosa antídoto de la pandemia, con poetas dominicanos del país y de la diáspora y Basilio Belliard, quien produjo el homenaje a René Rodríguez Soriano, emotivo y de una limpia exposición de la obra del poeta nacido en Constanza y quien decidió vivir de sus libros tras una incursión como ejecutivo publicitario. Juan Báez y Flora Matos, fueron responsables de organizar la participación de los libreros, a quienes pidieron cuales libros y con cuales ofertas participarían, todo lo cual se colgó en la página del Ministerio, con los teléfonos para solicitudes de compra. Esas ofertas seguirán puestas en el portal de Cultura.
María Virginia Elmúdesi desarrolló la Tertulia de lectores, (uno de los tres eventos de mayor impacto), Marivell Contreras coordinó la charla sobre Trujillo con Juan Daniel Balcácer (que por tema también alcanzó una considerable visitación) y Meredith Andújar fue responsable de los talleres del cambio climático. La lista de los colaboradores es larga, tanto que debemos dejarla en este punto.
El Talón de Aquiles
La Feria fue importante como proceso a pesar de las dudas y el rechazo que generó cuando fue anunciada y no estuvo exento de fallos. Lastimeramente no tuvo una buena representación de los escritores dominicanos de la diáspora (sobre todo las de Estados Unidos y España), haciendo excepción de la exquisita poeta Farah Hallal y la ilustradora y autora de narraciones infantiles, Taina Almodóvar. Su incidencia en visitas a sus foros, relativamente, fue pobre y no correspondió a la calidad de la oferta de sus propuestas. La Feria del Libro y la cultura 2020 debió haber tenido muchísima más participación de la reportada en redes y en plataformas digitales y que ahora se informe de que se tuvo una visitación promedio de 1.321 entradas por actividad, superior a lo que reportado en canal del Ministerio de Cultura en YouTube.
Esas visitas siguen siendo pocas si se toma en cuenta la cantidad de entradas que logra en 24 horas un cantante urbano que en estos tiempos lanza un “éxito” musical, y que superan por mucho lo exhibido por la Feria.
Esa escasa incidencia sugiere deficiencias en la promoción, en las motivaciones de la comunidad virtual, el poder e influencia del mercadeo y la preferencia en publicación de un tema en relación con otros por parte de los responsables en los medios. ¿Es falta de interés de la gente en la cultura, es una promoción mal dirigida, es la situación psicológica de la gente condicionada por el confinamiento?
¿Es qué, respecto de lo que se supone era el máximo evento cultural dominicano, los reguetoneros y urbanos tienen mayor importancia e incidencia por ante en los medios, a pesar de la cuestionable calidad de sus textos (con excepciones)?
Patrocinios y respaldos
La Feria del Libro y la Cultura concitó el respaldo de sectores públicos y privados que apoyaron, entre los cuales se encuentran Centro León que coordinó el conversatorio con monseñor Freddy Bretón, ganador del premio nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes, y Metro Cultura/Opret re difundieron las presentaciones virtuales en los vagones del metro.
También colaboraron el Grupo Editorial Planeta, la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, la Dirección General de Cine y Cinemateca Dominicana, Ministerio de la Presidencia, Oficina Nacional de Unesco, Fundación Editorial SM, IICA y Fundación Luna Life.
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