EE.UU.-Cuando se analiza el estado del mercado de vehículos eléctricos (VE), a veces es fácil confundir la causa con el efecto. A primera vista, parece claro que son los autos del futuro, y que están protagonizando una revolución que va a acabar con el petróleo. Pero que sean los autos del futuro no significa que sean un gran negocio para quienes los compren.
Dos análisis recientes así lo demuestran. El primero de ellos, llevado a cabo por la web Iseecars.com demuestra que los vehículos eléctricos se deprecian hasta 8 veces más que los autos de gasolina. Por ejemplo, un Chevrolet Bolt EV pierde un 30% de su valor cada 12 meses para quien lo haya comprado y lo quiera vender. Hasta los flamantes Tesla tienen este problema: un Tesla Model X pierde casi un 25% de su valor cada año que pasa.
¿Eso es mucho o es poco? Un dato comparativo muestra la verdad. Según Iseecars, los autos -de gasolina y eléctricos- se deprecian de media un 3,6% cada año, lo que supone 8 veces menos que lo que se deprecian los eléctricos anteriormente citados.
Eso es lo que respecta a los Estados Unidos. Un análisis reciente de Auto Trader, en Gran Bretaña, indica que la demanda de VE usados alcanzó niveles récord el año pasado, pero los precios de la segunda mano han estado en retroceso.
El análisis de mercado indica que la oferta de nuevos vehículos eléctricos está superando la demanda de los compradores minoristas, además de señalar una tendencia: los compradores de un VE se ven atraídos por el mercado de vehículos de ocasión y de segunda mano debido a los menores costes iniciales. Al fin y al cabo, un VE nuevo sigue siendo un 36% más caro que su equivalente de gasolina o diésel, lo que anula algunas de las ventajas de coste del repostaje de los vehículos.
Esta tendencia también se comprende si se tienen en cuenta las tasas de depreciación. Según Auto Trader, quien se gaste 50.000 libras en un VE nuevo podría perder 24.000 libras en tres años, frente a las 17.000 de un automóvil convencional de precio similar. Los compradores británicos prefieren comprar segunda mano, porque es mucho más económico, aunque sus vehículos vayan a perder su valor de manera más rápida.
¿Por qué se deprecian más rápido los vehículos eléctricos?
La clave en la depreciación del precio de estos vehículos está en su batería. Estas piezas suelen durar unos 10 años, aunque las baterías de litio se degradarán más rápidamente si se cargan con demasiada frecuencia, o incluso si simplemente se dejan inactivas durante largos periodos cuando están completamente cargadas. Por eso mismo, es muy posible que el descenso relativo de los precios residuales de los VE se acentúe con el tiempo.
Las estimaciones sobre la proporción del valor de un nuevo vehículo eléctrico que se atribuye a su batería varían, aunque siempre se considera significativa: entre el 40% y el 50% no es algo atípico. La buena noticia es que, según las previsiones de Goldman Sachs, el coste de las baterías descenderá un 11% anual hasta 2030. Se supone que esto será posible gracias a una combinación de innovación técnica y mejoras en la producción debido a una muy probable gigantesca demanda.
Ya han aparecido alternativas a las baterías de iones de litio, sobre todo las de iones de sodio, mientras que los fabricantes chinos venden vehículos eléctricos más baratos con baterías de litio-hierro-fosfato y que se cargan en tan solo 6 minutos.
Otra posible razón por la que la transición a los vehículos eléctricos podría estancarse -además de las habituales deficiencias de infraestructura y temores sobre la autonomía- es que las primas de los seguros relacionados con ellos están aumentando a un ritmo mucho más rápido que las de los vehículos de gasolina.
Aunque tienen muchas menos piezas, los VE están repletos de tecnología y piezas avanzadas, por lo que son más caros de reparar o sustituir en caso de siniestro. Y si ese siniestro implica daños en la batería, los talleres son mucho más propensos a dar el vehículo por perdido debido al valor de la batería en relación con el vehículo, junto con las consideraciones de seguridad propias de las unidades de iones de litio dañadas.
Las aseguradoras suelen «pecar de cautelosas» a la hora de dar de baja vehículos cuyas baterías dañadas pueden repararse, lo que encarece el coste de las primas. El sector también está presionando a las aseguradoras para que adopten un enfoque más matizado.
Pero estos costes más elevados ya han tenido su repercusión. Hertz tomó nota de la carga que suponen los seguros y los costes de reparación a principios de este mes y anunció a principios de este año la venta de 20.000 de sus vehículos eléctricos, alrededor de un tercio del total en Estados Unidos, para sustituirlos por modelos de gasolina. Desde luego, parece claro que los autos eléctricos son el futuro, pero parece que no son un buen negocio para sus compradores.
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