Por Leonel Concha Junior
Una parte de los nombramientos anunciados por el presidente electo, Luis Abinader, parece no han caído bien en determinados sectores internos del Partido Revolucionario Moderno (PRM), los cuales se sienten relegados.
Por ejemplo, el anuncio de que el Gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, será confirmado a partir del 16 de agosto ha sido objeto de rechazo y escarceos solapados.
Valdez Albizu ha sido gobernador en los gobiernos del fallecido ex presidente Joaquín Balaguer y del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Dentro del PRM se entiende que hay profesionales y dirigentes con la capacidad y las credenciales para sustituir a Valdez Albizu.
Pero el mayor problema reside en que muchos están inconformes con los cargos y funciones que presumen, o tienen informaciones de que les serán asignados en la próxima gestión de gobierno.
Entienden que por ser fundadores del partido y haber apoyado desde un principio el proyecto Abinader merecen algo mejor.
Miembros y militantes de las bases perremeístas comienzan a quejarse de que no les toman llamadas ni les devuelven mensajes los altos dirigentes con los que hicieron campaña política.
Incluso afloran los celos con las posiciones que ostentarán determinados aliados que brindaron su apoyo a último momento.
Buena parte temen quedarse fuera del tren gubernamental y no ser recompensados con un empleo o una posición en la administración pública.
Dirigentes del PRM que viajan del interior hacia la capital se quejan de lo difícil de ver a los principales dirigentes luego de la victoria electoral del 5 de julio.
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