El Motín
Dos jóvenes economistas plantearon a las autoridades de educación la necesidad de reactivar la alimentación escolar con mecanismos de bioseguridad que permitan el retiro de los kits alimentarios por parte de las familias en las escuelas o puntos específicos.
Laura Camacho y Kimberly García reaccionaron en esos términos ante las revelaciones hechas esta semana por UNICEF en el sentido de que entre los hogares más vulnerables, el 30% ha disminuido la alimentación a una porción al día, mientras un 5% no logra alimentarse diariamente.
Al comentar el hallazgo del organismo internacional, dijeron que se trata de “cifras alarmantes, que nos hacen cuestionar el impacto de la pandemia en los ingresos de los hogares y en su salud, junto a la ausencia de la distribución de kits de alimentación escolar”.
Camacho y García, expertas en finanzas personales que operan desde la plataforma EconomicsData, recordaron que el rendimiento escolar y la salud integral, incluyendo la buena nutrición, están positivamente correlacionadas.
Dijeron que al retomar la alimentación escolar, paralizada desde el mes de julio, por la circulación del COVID-19, las familias tendrán un alivio financiero e indicaron que en muchos casos, padres suspendidos laboralmente o desempleados, tienen dificultades para garantizar el alimento que necesitan sus hijos.
Indicaron que la desnutrición infantil perjudica el desarrollo de las habilidades cognitivas, provocando efectos en el crecimiento físico y motor, disminuyendo el coeficiente intelectual y reduciendo la atención y aprendizaje eficiente de los niños.
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