Seúl mantuvo este miércoles el optimismo ante la celebración de la cumbre entre Pyongyang y Washington, pese a que la Casa Blanca haya planteado la posibilidad de retrasar la histórica cita por las últimas tiranteces con el régimen norcoreano.
El presidente surcoreano, Moon Jae-in, trató de transmitir una perspectiva positiva al presidente de EE.UU., Donald Trump, durante el encuentro que mantuvieron en Washington el martes, detalló hoy el portavoz presidencial, Yoon Young-chan.
Moon se mostró convencido de que el líder norcoreano, Kim Jong-un, «está comprometido con el éxito de la cumbre pese a la actitud mostrada recientemente por Corea del Norte», según un extracto de su comparecencia en Washington enviado a los medios.
Pyongyang suspendió la semana pasada contactos con el vecino y cambió el tono cordial usado en los últimos meses con Seúl y Washington.
El régimen usó como argumento las maniobras aéreas conjuntas Max Thunder que celebran estos días los dos aliados y dijo que la cumbre de Singapur peligraba por las presiones de la Casa Blanca para imponerle un modelo de desnuclearización «unilateral».
Merced a esas tiranteces, Trump admitió tras su encuentro con Moon del martes en Washington que la fecha de la cumbre con Kim podría retrasarse y que ha puesto «condiciones» a la celebración del histórico encuentro.
«Creo que esas condiciones pasan por verificar si la llamada desnuclearización ‘completa, verificable e irreversible’ del régimen que ha defendido Trump sería de algún modo plausible y si Corea del Norte aceptaría un marco temporal para llevarla a cabo», cuenta a Efe Park Won-kon de la Universidad Global de Handong.
Este profesor en política internacional especializado en Corea del Norte subraya el especial interés en la Casa Blanca en establecer el mencionado «marco temporal» para el desarme, dado que el presidente estadounidense ha insistido en que ese ha sido uno de los grandes fallos de sus antecesores.
No obstante, y pese a que esta ha sido la primera muestra de pesimismo visible de Trump ante la cita con Kim desde su convocatoria el pasado marzo, Park ve una cancelación de la cumbre como improbable porque «las apuestas que han hecho Washington, Seúl y Pyongyang llegados a este punto son demasiado altas».
El líder surcoreano pareció insistir en ese escenario en su reunión con Trump, en la que según su portavoz «instó a funcionarios estadounidenses a seguir preparando la cumbre para el 12 de junio con calma y sin pensar en otra alternativa».
El profesor Park considera que Seúl tiene motivos para ser optimista, al menos a la hora de que Pyongyang retome pronto los contactos a nivel intercoreano.
Aparte de que la tensión regional se verá rebajada por la conclusión el 25 de mayo de las maniobras Max Thunder, el régimen aceptó hoy finalmente que periodistas surcoreanos se unan al grupo de informadores que presenciará entre mañana y el viernes la clausura del centro de pruebas nucleares norcoreano.
Se cree que la veintena de periodistas invitados contemplará la demolición de los túneles subterráneos donde se realizaron los seis test atómicos norcoreanos desde dos plataformas de observación construidas recientemente en las instalaciones, según publicó hoy la web especializada 38North a partir de fotos tomadas por satélite.
Pyongyang se ha comprometido a realizar un «desmantelamiento público» de su centro atómico y, pese a la ausencia de expertos nucleares, la demolición se interpreta como un gesto para demostrar su voluntad real de abandonar su programa atómico previo a la reunión entre Kim y Trump.
Park dice además que, en definitiva, es «razonable que Moon se mantenga optimista ante la cumbre de Singapur, porque se reunió con él en privado en abril y a partir de ahí es de los pocos que de verdad puede extraer sensaciones sobre las intenciones o el compromiso de Kim Jong-un».
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