Hace 124 años, en el 1901, el inventor e ingeniero eléctrico Nikola Tesla imaginó un sistema que permitiera transmitir electricidad a través de la ionesfera, es decir, la parte de la atmósfera que está permanentemente ionizada debido a la fotoionización que provoca la radiación solar.
Ese sistema, en pocas palabras, haría posible suministrar electricidad a los hogares sin la necesidad de utilizar cables. La idea de Nikola Tesla se entendió que era demasiado ambiciosa y nunca llegó a materializarse.
Sin embargo, ahora ese proyecto está a un paso de convertirse en realidad gracias a una nueva tecnología llamada power beaming. Tal y como recoge el medio de comunicación francés Media24fr, la misma consiste en la emisión de ondas electromagnéticas como microondas, ondas de radio y láser para enviar energía de un punto a otro, sin cables.
A través de la tecnología power beaming, una central solar espacial podría, por ejemplo, lograr transmitir hasta 1 gigavatio de energía (cantidad equivalente a la que produce una central nuclear) a la Tierra.
De hecho, Japón, mediante la Japan Aerospace Exploration Agency (JAXA), tiene como objetivo crear para el año 2030 una central de energía solar espacial capaz de suministrar 1 gigavatio.
Esta tecnología basada en el electromagnetismo podría utilizarse, entre otras cosas, para alimentar de forma ininterrumpida a los satélites, cargar vehículos eléctricos en movimiento o suministrar energía a zonas aisladas sin tener que instalar grandes infraestructuras.
No obstante, el power beaming aún tiene muchos desafíos en el horizonte por superar. Algunos de los principales son los siguientes:
- Eficacia energética: es necesario minimizar las pérdidas de energía.
- Seguridad: se tiene que garantizar que no haya riesgos para la salud humana.
- Alcance de las ondas: se debe solucionar el problema de que algunas longitudes de onda requieran enormes antenas receptoras.
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