Jimaní. La crecida del Lago Enriquillo se ha llevado consigo extensos sembradíos agrícolas que eran utilizados por los campesinos para el sustento de sus familias y abastecer gran parte de la demanda alimentaria de los comunitarios del municipio de Jimaní, provincia Independencia, evento del que todavía sus residentes no se reponen.
Esta situación junto al panorama de desempleo que viven en la zona fronteriza de Boca de Cachón y Postrer Río, ha intensificado el período de hambruna e inseguridad alimenticia que vienen padeciendo, poniendo en riesgo la salud de los munícipes.
La líder comunitaria Adela Matos aseguró que “vamos a ir buscando alternativas y soluciones a los problemas que afectan la provincia”. Sin embargo, hizo un llamado tanto a las autoridades locales como a las del gobierno central, para que tomen acciones encaminadas a regularizar este trance.
La dama insistió en que en la demarcación se hace urgente que se implementen nuevos modos de vida, ya que las principales actividades laborales de los vecinos son el motoconchismo y las ventas e intercambios comerciales informales.
Frente a la falta de empleo, la delincuencia y los atracos, matizados por el consumo de sustancias prohibidas, han aumentado en Jimaní y comunidades aledañas, lo que arrastra a su vez, que la deserción escolar adquiera más fuerza.
Así lo expresa la coordinadora de la Red de Protección a Niños, Niñas y Adolescentes y directora del liceo de Jimaní, Nelina Trinidad, quien alegó que las autoridades del lugar se han mostrado tímidas para dar respuestas efectivas a favor de la seguridad de los munícipes. “Hay que hacer más esfuerzos, este es el municipio más abandonado de toda la zona”, sugirió.
A estas demandan le suman la necesidad de que se construya un hospital en las proximidades de la frontera de Haití con Jimaní, que permita que tanto las mujeres dominicanas, como las haitianas puedan atender sus partos allí, ya que, según señalan esta precariedad incentiva que cada vez sean más las haitianas alumbren en las maternidades de la capital.
Estas quejas fueron expuestas durante el segundo encuentro del ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Navarro, con el Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza, (CESFRONT), representantes de la sociedad civil, la iglesia, el empresariado, autoridades municipales, así como encargados de la dirección de Migración y Aduanas de esa área, esta vez, efectuado en Jimaní.
Los participantes valoraron como positivo el encuentro y esperan que en la medida de lo más pronto posible se trate de solucionar este caos por el que atraviesan. Mientras que el Canciller aseguró que el fin de las reuniones es conocer los pormenores del diario vivir de los dominicanos en esa zona, para saber cómo la entidad que preside “aterriza” y prioriza en el rol a desempeñar, con la ayuda de la sociedad.
En tanto el senador por la provincia Independencia, Juan Orlando Mercedes, abogó porque se dinamice el comercio en la frontera, tras entender que la acción contribuiría al desarrollo provincial y a que merme la migración. “Que se tenga un verdadero muro de contención para la migración, con el libre comercio. Que la gente que no tiene empelo pueda quedarse aquí. Con esto se acabaría la hambruna y el desempleo”, señaló.
Comerciantes
Durante un recorrido por la frontera con Haití, varios nacionales haitianos se quejaron de las condiciones en que opera el mercado binacional, el cual según afirman, solo funciona lunes y jueves. Mientras que dominicanos que se desenvuelven en el área comercial de este lado de la zona, alegan que los haitianos se han adueñado de casi 2 kilómetros de tierra, que pertenece al territorio dominicano.
En tanto, el dominicano José Altagracia Dolores dijo que se siente en tierra de nadie, debido a que cuando los haitianos se molestan porque no los dejan cruzar para Dominicana a adquirir la mercancía que comercializan en sus puestos, lanzan piedras, haciendo que hasta los agentes de Cesfront se vean obligados a abandonar el lugar.
Los haitianos Luis Antonio Álvarez y Gerald Desiré relataron que la situación en su nación es cada vez más crítica y su sustento es el mercado, por lo que hay momentos en que se sienten desesperados.
Los manifestantes cifraron sus esperanzas en que las autoridades regularicen la situación. A esto, el canciller Navarro, dijo que están en un proceso de identificación y diagnóstico de esa realidad, para implementar acciones en conjunto con la sociedad civil.
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