Washington. — Barack Obama recibe el martes a su homólogo mexicano Enrique Peña Nieto en la Casa Blanca con el fin de solicitar la cooperación de su vecino para la aplicación de sus nuevas políticas sobre la inmigración y Cuba.
Obama quiere que Peña Nieto lo apoye y presione a Cuba para que implemente reformas democráticas ahora que Washington y La Habana han decidido reanudar relaciones diplomáticas plenas. El distanciamiento entre los dos países había sido un punto de fricción con los países latinoamericanos, incluido México, que tiene una relación normal con la isla de gobierno comunista.
El gobierno de Peña Nieto también podría ayudar a promocionar las credenciales del plan de Obama para proteger de la deportación de millones de inmigrantes que viven sin autorización en Estados Unidos. Dos tercios esas personas son mexicanos.
Ambas acciones emprendidas por Obama en las últimas semanas recibieron los elogios del mandatario mexicano, quien podría esperar que esta visita a la Casa Blanca le de impulso tras un 2014 marcado por los escándalos, la violencia y la corrupción. Esto incluye a soldados que mataron a 22 civiles en un «tiroteo» cuestionable y revelaciones de que tanto Peña Nieto como el secretario de Hacienda de México, Luis Videgaray, viven en residencias de lujo construidas y financiadas por uno de los contratistas favoritos del gobierno.
Pero tal vez lo más destacable sean las decenas de miles de personas que han salido a las calles para protestar por el secuestro y posible asesinato el 26 de septiembre de 43 estudiantes, supuestamente a manos de policías locales en colaboración con un cártel de la droga. Peña Nieto dijo al país que era hora de «dejar atrás» el caso sólo unas semanas después de las desapariciones y le tomó un mes reunirse con las familias afectadas.
Human Rights Watch escribió una carta a Obama el lunes exhortándolo a presionar a Peña Nieto para que tome más en serio el caso y el «amplio patrón de abuso e impunidad» en México. Funcionarios del gobierno estadounidense dijeron que Obama tiene previsto abordar el asunto del fortalecimiento de las fuerzas del orden y las instituciones judiciales durante la visita, que incluye una reunión en el Despacho Oval seguida de un almuerzo de trabajo.
Sergio Alcocer, subsecretario mexicano de Relaciones Exteriores para América del Norte, dijo que no esperaba que el secuestro de los estudiantes fuese tratado directamente durante la conversación entre los dos mandatarios. El funcionario destacó que Estados Unidos había tenido su propio escándalo y protestas por el asesinato a tiros del joven negro desarmado Michael Brown en Ferguson, Missouri.
«Tenemos casos de violencia en diferentes partes del mundo», dijo Alcocer. «Dentro de Estados Unidos sabemos que ha habido este tipo de violencia en la zona de Missouri, por citar solo un caso».
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