El MotínEl caso de Novak Djokovic y la justicia australiana llegó a su fin. El famoso tenista será deportado y ya no podrá defender su título en el Open de Australia, tras la decisión del Tribunal Federal de Melbourne que falló en contra del campeón serbio.
Cabe resaltar que el deportista enfrentaba este proceso judicial por haber presentado información falsa que aparecía en el formulario de viaje (no declaró que había estado en España antes de volar a Melbourne). Su reticencia a vacunarse contra la COVID-19 supuso un riesgo para el público y el buen orden de Australia, según argumentó el ministro de inmigración, Alex Hawke; el mismo que canceló por segunda vez la visa de Djokovic.
Los jueces James Allsop, Anthony Besanko y David O’Callaghan determinaron por unanimidad que la presencia del tenista podría provocar “disturbios civiles” y dar un impulso al movimiento antivacunas, motivo por el cual se decidió que sea deportado.
Durante la audiencia, la defensa del deportista quiso descartar el argumento de que la presencia de su cliente en Australia incitaba las protestas de los movimientos antivacunas; sin embargo, los magistrados australianos consideraron que su postura contra la vacunación influye mucho en la población que lo sigue y símbolo de ello es Serbia, donde menos de la mitad de la población tiene la pauta completa de la vacuna contra el coronavirus.
Finalmente, es preciso mencionar que el tenista también enfrentará una prohibición de tres años para volver a Australia debido al Criterio de Interés Público 4013 del Anexo 4 de las Regulaciones de Migración de 1994, documento que expresa que si Djokovic solicitara una visa en ese momento, la regla general es que debe ser rechazada. Aunque, a pesar de esa regla, el ministro de Inmigración puede optar por otorgar una visa si hay “circunstancias imperiosas que afectan los intereses de Australia”.
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