Por José Manuel Mesa
Hace unos días escribimos acerca del programa fantasma “del campo al colmado”, iniciativa del gobierno que prometió a la población reducir los precios de 16 productos de la canasta básica, simplificando la cadena de distribución entre productores y detallistas.
Miles de dominicanos han desfilado por los colmados buscando la comida barata prometida por el gobierno. Sin embargo, la verdad es que el supuesto plan ni salió del campo ni llegó al colmado.
Solo ha sido un despropósito gubernamental improvisado que enfrenta múltiples obstáculos y desafíos que lo hacen inviable.
Lo primero es que, al día de hoy, el gobierno no ha informado cuánto va a costar el programa ni mucho menos explicado cómo se va a financiar la iniciativa.
Existe un velo de misterio respecto a la cuenta se registrarán los recursos para cubrir la inversión requerida para la ejecución del programa. Tampoco se sabe la cantidad de dinero que se tiene previsto utilizar.
Ahora bien, si partimos de que solo el sector privado dispone de una cadena de distribución de los productos agropecuarios, el gobierno no tendrá otra salida que crear o contratar una estructura similar para llevar los alimentos directamente a los colmados.
En efecto, parece imposible, a simple vista, la intervención directa del gobierno en ese proceso, pues implicaría una inversión cuantiosa de recursos económicos.
Además, tendría que coordinar y supervisar a muchos involucrados en el sector. Parece que el gobierno del PRM desconoce que los colmados no compran grandes cantidades de productos, sino que los adquieren, en función de las necesidades que surjan durante el proceso.
En otras palabras, hay que tener presente que los colmados tienen una capacidad de almacenamiento y rotación de inventario limitada.
Esa situación, propia del sector, provocaría serios problemas de abastecimiento y calidad de los productos.
En vez de vender sueños como “del campo al colmado”, el país necesita con urgencia un estadista como Leonel Fernández, con las competencias y experiencia necesarias para abordar las causas estructurales del alza de precios que inició con la pandemia.
Asuntos como la inflación, el aumento del costo de los combustibles, los problemas que caracterizan al sector eléctrico y el incremento de los costos de las materias primas, solo pueden ser enfrentados por un líder de la talla de Leonel Fernández.
A partir del 16 de agosto del año próximo, el país tendrá un presidente con una amplia trayectoria en el manejo de los problemas nacionales. Durante los gobiernos encabezados por Leonel Fernández siempre se ha logrado mantener estabilidad y crecimiento económico, así como integración comercial con la región y el mundo.
Además, siendo Leonel Fernández presidente de la República, el país pudo superar crisis económicas como la que heredó de la gestión de Hipólito Mejía en 2004, cuando el país sufrió su más grande colapso que derivó en una inflación galopante y un déficit fiscal insostenible.
Necesitamos un presidente que, en lugar de parches e improvisaciones, tenga una visión estratégica y moderna del desarrollo económico y social del país.
Un líder político que apueste a las nuevas tecnologías, la innovación, competitividad y diversificación en todos los ámbitos de la sociedad.
Ese es el presidente del Partido La Fuerza del Pueblo.
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