El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva dijo estar tranquilo en la celda en que fue recluido hace nueve días para cumplir 12 años de prisión por corrupción pero indignado por la injusticia que dice sufrir, en un mensaje enviado a los seguidores que piden su libertad en Curitiba.
“Continúo confiando en la Justicia y por eso estoy tranquilo, pero indignado como todo inocente se indigna cuando sufre una injusticia”, afirmó el exgobernante en un breve mensaje que envió este lunes a través de sus abogados, informó este lunes el Partido de los Trabajadores (PT) en un comunicado.
La carta fue leída por la presidenta del PT, senadora Gleisi Hoffmann, a los cerca de 500 manifestantes que están acampando desde hace también nueve días en un lugar próximo a la sede de la Policía Federal en Curitiba, en donde el exmandatario está recluido.
Lula, el considerado líder más carismático en la historia de Brasil y líder de todos los sondeos de intención de voto para las elecciones presidenciales de octubre próximo, se considera un perseguido político y se dice indignado tanto por la condena que le fue impuesta en su opinión sin pruebas como por su encarcelamiento.
En el mensaje a sus seguidores, el líder socialista afirmó que ha escuchado los recados y las canciones cantadas por los militantes que están acampados cerca a su lugar de detención.
“Estoy muy agradecido por la existencia y la presencia de ustedes en este acto de solidaridad. Estoy seguro que no está lejos el día en que la justicia valdrá la pena, la hora en que será definido que quien cometió crimen sea castigado y quien no lo cometió sea absuelto”, según el mensaje enviado por el antiguo dirigente sindical a sus seguidores.
Lula agregó que sigue desafiando tanto a la Policía y la Fiscalía como al juez que lo condenó y al tribunal que confirmó la condena a que “prueben el crimen que alegan” que cometió.
Hasta ahora el expresidente tan sólo ha recibido la visita en prisión de sus abogados y de familiares, pero mañana recibirá a un grupo de senadores de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara Alta que recibió autorización para verificar las condiciones en que se encuentra recluido.
La sede policial donde está preso Lula se encuentra en un barrio residencial de la zona norte de Curitiba y está rodeada por decenas de policías que establecieron desde el pasado día 7 un perímetro de seguridad de 100 metros de distancia a cada lado del recinto.
En uno de los extremos, el grupo de simpatizantes del expresidente llegado de diversas partes del país ha instalado el campamento “Lula Libre” con la intención de permanecer allí en vigilia permanente hasta la liberación de su líder.
Sin embargo, ante las quejas de los moradores de la zona por la llegada de militantes y su posterior asentamiento, los líderes del improvisado campamento llegaron hoy a un acuerdo con la Justicia para trasladarse a una plaza pública a cerca de tres kilómetros de la sede policial.
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