Las vacunas autorizadas para uso de emergencia contra el COVID-19 sirven para reducir el riesgo de complicaciones y muertes. Se demostró con ensayos clínicos del año pasado. En la mayoría de los casos, se necesitan dos dosis para conseguir una alta protección. Pero con el transcurso de la pandemia durante 2021 se empezaron a evaluar ajustes en la manera de administrarlas en la población. En algunos países ya se decidió combinar las dosis de vacunas diferentes. También ahora está en evaluación en Argentina, Chile, Inglaterra y Estados Unidos, entre otros países, si será conveniente dar una tercera dosis como refuerzo. En este caso, se está estudiando si se necesita ese refuerzo, en qué grupos principalmente, y si se puede aplicar una vacuna diferente al esquema que ya una persona recibió.
La dosis de refuerzo está en estudio en los Estados Unidos, donde ya hubo dos empresas productoras de las vacunas que plantearon la posibilidad de que se necesite un refuerzo. En la Argentina, la dosis de refuerzo también será uno de los temas de la próxima reunión de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CONAIM), que se realizará la próxima semana.
Las variantes emergentes del coronavirus son una de las razones más intrigantes para considerar la posibilidad de mezclar vacunas y de sumar una tercera dosis como refuerzo. La administración de vacunas dirigidas a diferentes variantes proporcionaría una amplia inmunidad colectiva y limitaría la aparición de nuevas variantes más peligrosas.
El miércoles 23 de junio, la Ministra de Salud de Argentina, Carla Vizzotti, habló sobre la posibilidad de que se deba incluir un tercer refuerzo en el esquema de vacunación. “Siempre se supo que los virus respiratorios tienen mutaciones y no se sabe bien cuál es el período de inmunización” que brinda la vacuna. Por ese motivo, dijo, “todos los laboratorios ya piensan en las dosis de refuerzos”.
“Las vacunas para este tipo de virus no son como las del sarampión, que con dos refuerzos duran para toda la vida”, aclaró la funcionaria, y reiteró que “siempre se supo que se iban a necesitar refuerzos y que iban a tener que adaptarse a posibles mutaciones”. “Lo que no se sabe es cómo ni cuándo van a aparecer; pero esas mutaciones requieren que la vacuna se adapte, algo que lleva un tiempo en todo el mundo”, explicó.
La dosis de refuerzo es un tema que se está evaluando en todo el mundo. En Chile, se analiza aplicar una tercera dosis a quienes fueron inoculados con la vacuna china Sinovac. Se decidirá en julio si es necesario o no reforzar la inmunidad con una nueva aplicación para quienes ya recibieron dos dosis. En los Emiratos Árabes Unidos se estableció que la vacuna contra el coronavirus de Pfizer/BioNTech estará a disposición de las personas inmunizadas inicialmente con una vacuna desarrollada por el Grupo Farmacéutico Nacional de China (Sinopharm) como vacuna de refuerzo. Esa dosis de refuerzo se podrá recibir a los 6 meses posteriores a la segunda dosis.
La empresa Novavax anunció el 21 de mayo que participaría en un ensayo para evaluar la combinación de vacunas en el Reino Unido para probar el uso de una dosis adicional de vacuna de un productor diferente como refuerzo. Días atrás, Novavax informó también los resultados de los ensayos clínicos de fase 3: su vacuna demostró una eficacia global del 90,4% tras dos dosis administradas con un intervalo de tres semanas. Los resultados, obtenidos en cerca de 30.000 personas en los Estados Unidos y México, revelaron que la vacuna fue altamente protectora contra las variantes circulantes de interés y preocupación. También tiene un buen perfil de seguridad.
Esa vacuna está diseñada con tecnología basada en proteínas. Es diferente a la plataforma en la que se basa la vacuna de AstraZeneca y la Sputnik V, que es una vacuna de vector viral no replicativo, y de Pfizer y Moderna, que utilizan tecnología de ARN mensajero.
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