Hace poco más de medio año, el Palacio de Kensington anunciaba que el príncipe Harry y Meghan Markle estaban esperando su primer hijo y que este nacería en la primavera de 2019.
Seis meses después la imagen más esperada al fin se ha producido: los orgullosos papás han posado con su bebé en brazos, una imagen que ha dado la vuelta al mundo, dado que este nacimiento se ha seguido con especial atención en prácticamente todo el planeta.
Estas imágenes de Harry y Meghan con su bebé se han tomado en el castillo de Windsor, dentro del palacio, puesto que en Londres, además de que está lloviendo hoy con intensidad, la temperatura está en torno a los once grados.
La pareja ha llegado con su hijo envuelto en una mantita, muy tranquilo en brazos de su padre, el príncipe Harry –ya el príncipe Guillermo había posado con su primogénito, George, en brazos a las puertas del hospital donde nació.
La mantita en la que descansaba el bebé es de un tono claro, el mismo que escogió Meghan para su vestido, que se abotonaba por delante y ceñido a la cintura con un cinturón, en forma de lazada.
Muy emocionada y casi sin poder contener la emoción, incluso se aprecia cómo se le escapó alguna lágrima, Meghan tomó la palabra para explicar cómo han sido estos días.
«Ha sido una experiencia muy emocionante, mágica. Tengo a los dos mejores chicos del mundo» ha comentado con humor.
El niño, que ha estado muy tranquilo durante todo el posado, es un bebé bastante bueno, como asegura la reciente mamá.
«Tiene un carácter dulce, muy calmado» aseguró. «Ha sido un sueño, han sido un par de días muy especiales» apuntó. Tiene apenas dos días de vida, así que el príncipe Harry añade que aún no podría asegurar a quién se parece más. «Es pronto y los bebés cambian cada día» dijo.
Meghan ha dicho además que le ha conocido ya toda la familia, por supuesto también su madre Doria Ragland, que está pasando estos días con ellos en su residencia de Frogmore Cottage. Es entonces cuando la Duquesa ha mirado a su marido, con gran cariño, y le ha dicho: «¡Allá vamos!» (refiriéndose seguramente a esta nueva etapa que supone la paternidad).
Durante todo el posado, el bebé ha estado muy tranquilo. Meghan no dejaba de mirarle con mucha ternura y le acariciaba la cabecita, cubierta por un gorrito de punto.
Harry, que lo sostenía en brazos, lo acunaba para que no se despertara. La pareja ha mostrado una imagen de amor con mayúsculas, reflejo del instante tan especial que están viviendo. Meghan no se ha separado de su marido, cogiéndole del brazo y abrazándole por la espalda mientras volvían a casa.
Sin duda, como dijo Meghan, son momentos mágicos. La pareja quiso agradecer además todas las muestras de cariño que han recibido en estos últimos días.
Un nacimiento muy esperado
La pareja dio la bienvenida a su primer hijo, un niño, el pasado lunes, 6 de mayo, a las 5.26, hora británica. «Nos complace anunciar que sus Altezas Reales, los Duques de Sussex, dieron la bienvenida a su primogénito en la madrugada del 6 de mayo de 2019. La Duquesa y el bebé están sanos y bien, y la pareja agradece su entusiasmo y apoyo durante este momento tan especial en sus vidas.
En los próximos días se compartirán más detalles», rezaba el comunicado publicado en la cuenta oficial del matrimonio. El primer hijo de los Duques de Sussex pesó 3 kilos y 300 gramos al nacer y vino al mundo, según señalan algunas fuentes al Daily Mail, en el hospital londinense de Portland, el mismo en el que nacieron las princesas Beatriz y Eugenia de York, y Romeo, el segundo hijo de David y Victoria Bekcham, entre otros bebés.
Horas después de convertirse en padre, el príncipe Harry hablaba con la prensa a las puertas de su residencia oficial, Frogmore Cottage.
«Estoy muy emocionado de anunciar que Meghan y yo tuvimos un bebé esta mañana, un bebé muy sano», dijo con una gran sonrisa. «Estoy increíblemente orgulloso de mi mujer. Cada padre y madre dirá que su bebé es absolutamente maravilloso, pero esta cosa tan pequeña es para morirse», confesaba.