Enrique Rojas
JUPITER, Florida — En una era de paridad competitiva y grandes transformaciones en las ligas mayores del béisbol de Estados Unidos, algo se ha mantenido inalterable por años: los Cardenales de San Luis son favoritos para alcanzar los playoffs de la Liga Nacional, ya sea ganando su división o atrapando un puesto Wild Card.
En los últimos 15 años, nueve equipos ganaron títulos de la Serie Mundial — incluyendo el primero para Anaheim, los tres primeros de los Gigantes en San Francisco y los tres primeros de Boston desde 1918 — pero el equipo más consistente en ese período ha sido el de los Cardenales.
San Luis, que ganó el campeonato de su división en las dos temporadas anteriores, luce en una magnífica posición para avanzar a la postemporada por quinta campaña seguida, algo que la franquicia no ha logrado en sus 133 años de historia. Los Cardenales estuvieron en playoffs en 11 de últimos 15 años, cuando agregaron a su colección de trofeos dos títulos de la Serie Mundial (2006 y 2011) y cuatro cetros del viejo circuito (2004, 2006, 2011 y 2013).
Wainwright
Para la temporada que comenzarán contra los Cachorros de Chicago el domingo 5 de abril (ESPN, 8 pm ET), posiblemente con Adam Wainwright enfrentando a Jon Lester, las cosas no pintan muy diferentes para los Cardenales. La fórmula es conocida: Profundidad en el pitcheo, bateo oportuno y Yadier Molina detrás del plato.
Wainwright, quien tuvo una operación de limpieza del codo en octubre pasado y ha sido limitado en los entrenamientos por una lesión abdominal, sigue trabajando para abrir el partido inaugural de su equipo por tercer año consecutivo.
«Los entrenamientos son para prepararse para la temporada y estar disponible para cuando llegue la parte importante. No creo mucho en gastar balas sin necesidad en el bullpen», dijo Wainwright, quien ha peleado el Cy Young de la Liga Nacional en cuatro de las últimas cinco temporadas y ha participado en 21 encuentros de postemporada en nueve años de carrera.
Wacha
Lynn
Martínez
Wainwright será acompañado en la rotación abridora por Michael Wacha, Lance Lynn, John Lackey y/o Carlos Martínez y Marco González. El zurdo mexicano Jaime García, quien fue limitado a 99 innings en dos años y ha tenido cirugías del codo (2008), el hombro (2013) y la región torácica (2014), es una opción para abrir o relevar, mientras que el derecho Trevor Rosenthal es el cerrador del conjunto.
«Tenemos un gran equipo, con muchas opciones en el cuerpo monticular. Poder ser parte de la rotación abridora sería grandioso», dijo Martínez, quien tiene efectividad de 1.93 en dos salidas durante la primavera.
Heyward
Holliday
La ofensiva, que terminó en el noveno lugar en anotadas (619) y en último en jonrones (105) de su liga el año pasado, recibió la inyección del jardinero Jason Heyward, quien llegó desde Atlanta para ocupar el jardín derecho que dejó vacante el fallecido Oscar Taveras. Para muchos, en un turno adecuado en la alineación, Heyward, quien tiene el talento para lograr un 30-30 (jonrones y robos), podría pelea el premio Jugador Más Valioso.
Con Heyward, el jardinero izquierdo Matt Holliday, el torpedero Jhonny Peralta y el antesalista Matt Adams en medio del lineup, San Luis casi seguro anotará más carreras que el año pasado, especialmente si pueden recuperar su antigua capacidad de robar bases (de 91 en 2012, cayó a 47 en 2013 y tuvo 54 en 2014).
Para el manager Mike Matheny, quien tratará de llegar a playoffs por cuarto año seguido comenzando su carrera, manejar inteligentemente el tiempo de juego de Wainwright y Molina para reducir las probabilidades de lesiones graves, será tan importante como cualquier otros aspectos.
Molina
Molina, quien fue limitado a 404 apariciones en el plato por una lesión en el pulgar derecho, sigue siendo el premier de los receptores a los 32 años de edad.
El puertorriqueño, que retiró el 47.7% de corredores que intentaron robarle en el 2014, cuando ganó su séptimo Guante de Oro consecutivo, llegó a los entrenamientos con 20 libras menos para quitar presión a sus rodillas y tratar de engañar el reloj, que parece correr más rápido para los receptores que para el resto de los jugadores.
«Es algo que tendremos en cuenta», dijo Matheny sobre tratar de mantener fresco a Molina. «Yadier adora estar en el campo todos los días y trabajó duro en el invierno para ser el líder de juegos recibidos en la temporada. Es algo que tendremos que manejar dependiendo de los acontecimientos», agregó el capataz.
«Me siento en forma como para recibir cada partido del calendario. La lesión del año pasado fue un accidente y no tuvo nada que ver con falta de condiciones para jugar», dijo Molina, quien había recibido al menos 131 juegos cada año desde el 2009 hasta la temporada pasada.
Además de factores de salud, San Luis tendrá que lidiar con la mayor competencia de los últimos tiempos en la División Central, donde Pittsburgh avanzó a los playoffs en las dos temporadas anteriores; Cincinnati y Milwaukee mantuvieron rosters competitivos y los Cachorros hicieron un gran ruido durante la temporada muerta con las adquisiciones de los lanzadores Lester, Jason Hammel y el ex Cardenal Jason Motte, el receptor venezolano Miguel Montero y el intermedista Tommy La Stella, entre otros, y el desarrollo de algunos de los mejores peloteros jóvenes del juego.
«Todo el mundo ha mejorado en la división y lo único que podemos hacer es enfocarnos en las cosas que nosotros podemos controlar», dijo Matheny.
«Nadie puede controlar las lesiones, pero sí el jugar el juego como se debe jugar», dijo Molina.
Jugar bien a la pelota es una de las grandes virtudes de San Luis, que tiene 74 temporadas ganadoras en 123 años — siete consecutivas y 14 en 15 años — 25 primeros lugares y 11 coronas de la Serie Mundial, el récord entre los clubes de la Liga Nacional.
Para los Pájaros Rojos, estar entre los favoritos es una de esas cosas que no cambian en Grandes Ligas.
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