Los oficios no solo ofrecen una trayectoria laboral segura, sino también ingresos en constante crecimiento.

Jóvenes que prefieren un oficio antes que ir a la universidad

La generación Z ha ingresado al mercado laboral para transformarlo por completo. Se podría decir que son los primeros en preocuparse profundamente por la salud mental y el bienestar, y otorgarle a estos factores mucho más valor de lo que los boomers conceden al dinero o los millennials al estatus. Una investigación reciente de la consultora profesional Deloitte los describió como “los que marcan el inicio y el fin de una tendencia, los influenciados y los influyentes”.

No es una sorpresa entonces que muchos jóvenes abandonen la idea de ir a la universidad y se sientan cada vez más atraídos por oficios manuales, como los de constructor, carpintero o plomero, que a menudo encabezan las listas de los trabajos con mayores índices de felicidad. En última instancia, este cambio de mentalidad no solo les garantiza un puesto en el menor tiempo posible, también les ahorra cientos de miles de dólares en deudas estudiantiles. Están siendo inteligentes y aterrizados al mismo tiempo.

Y los planetas parecen alinearse para esta generación. La tendencia se ha sincronizado con una marcada escasez de trabajadores calificados en Estados Unidos, mayormente ocasionada por la jubilación de electricistas, plomeros y soldadores de mayor edad. Eso ha elevado el costo de la mano de obra y, por consiguiente, los salarios.

El salario medio de los recién contratados en el sector de la construcción aumentó un 5,1% a US$ 48.089 el año pasado, según datos del proveedor de servicios de nómina ADP citados por The Wall Street Journal. Por el contrario, las nuevas contrataciones en servicios profesionales ganaron US$ 39.520 anuales, solo un 2.7% más que en 2022.

Este es el cuarto año en el que el salario medio anual de los nuevos empleados de la construcción ha eclipsado los ingresos de los nuevos empleados, tanto en los sectores de servicios profesionales como de información, como contadores o trabajadores de mantenimiento informático, dice ADP.

Paralelamente, la inscripción en programas de formación vocacional para oficios ha experimentado su propio aumento a medida que ha disminuido la inscripción general en colegios comunitarios e instituciones con matrículas de cuatro años. La matrícula de una escuela de oficios por periodo de dos años puede costar alrededor de US$ 14.000, casi nada en comparación con los MBA de casi US$200.000.

El salario medio de los recién contratados en el sector de la construcción aumentó un 5,1% a US$ 48.089 el año pasado en los Estados Unidos.

El número de estudiantes matriculados en colegios comunitarios con enfoque vocacional aumentó un 16% en 2023, su nivel más alto desde que el Centro Nacional de Información Estudiantil comenzó a rastrear dichos datos en 2018, reportó el Journal. Las filas de estudiantes que optaron por la construcción aumentaron un 23% durante ese mismo tiempo, mientras que crecieron un 7% aquellos en programas destinados a la capacitación en reparación de vehículos y HVAC (acrónimo para trabajos de instalación de sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado).

El primer paso a un lucrativo negocio

Los oficios no solo ofrecen una trayectoria laboral segura, sino también ingresos en constante crecimiento, y muchos jóvenes creen que tienen el potencial de convertirse en un lucrativo camino empresarial. En espacios de trabajo como los talleres de reparación de automóviles, algunos salarios anuales alcanzan las soñadas seis cifras.

Colby Dell, un chico de 19 años que asiste a una escuela de oficios para la reparación de automóviles, dijo al Wall Street Journal que tiene planes de lanzar su propia empresa, que eventualmente expandirá al trabajo de carrocería personalizado. “Siempre pensé que era un hobby”, dijo sobre su amor por los autos. “Pero me di cuenta de que era un sueño que realmente podía perseguir”.

Su padre, director de ventas técnicas globales con sede en Spokane, Washington, ha comenzado a invertir en la decisión de su hijo “el dinero que habría gastado en la matrícula universitaria”. Y planea hacer lo mismo con el hermano menor de Colby, que quiere abrir su propio negocio de soldadura, y cree que ambos tienen gran potencial. “Espero que algún día ganen mucho más que yo”, dijo.

La demanda por programas de aprendices, que permiten a los estudiantes combinar la experiencia laboral con cursos pagados por los empleadores, también se ha disparado. Una encuesta realizada por la compañía de software Jobber encontró que el 75% de los estudiantes de secundaria y universitarios está interesado en escuelas vocacionales que ofrecen capacitación remunerada en el trabajo.

El Motín

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